Los gobiernos occidentales entienden que resulta más rentable prevenir que curar. Una persona enferma va muchas más veces al médico, consume más medicamentos y pide más bajas laborales. Por lo tanto, genera más gastos.
Pero ¿se podrían reducir? Pues solo hay que echar un vistazo a las cifras. Por ejemplo, el problema del sobrepeso en España cuesta a cada ciudadano 265 euros adicionales de impuestos al año. Y el problema del tabaquismo genera un sobrecoste cercano a los 380 euros anuales. Eso por no hablar de que un fumador presenta una media de 4 días más de incapacidad laboral que una persona que no consume tabaco. Y es que el sobrepeso o el tabaquismo van asociados a otras enfermedades: diabetes, riesgo cardiovascular, hipertensión, cáncer de pulmón...
El problema no solo es económico sino que además va la vida en ello. Tener sobrepeso resta 2,6 años de vida y fumar nos hace perder en torno a 6 años de vida. Aunque algunos estudios aumentan la cifra hasta los 10 años.
Por lo tanto, la prevención evita costes económicos, humanos y laborales. ¿Pero apuestan los gobiernos lo suficiente en prevención?