Francisco Brines, poesía hasta el último aliento. Le escuchábamos recitar su poema 'Cuando yo aún soy la vida' en el Día Mundial de la Poesía. El poeta español, Premio Cervantes 2020, nos dejaba este jueves a sus 89 años. Pero Francisco Brines aún es la vida, a través de sus poemas.
El último representante de la Generación del 50 exprimió sus años como las naranjas, que cultivaba su padre, en la finca de Elca (Oliva, Valencia), lugar que alberga sus recuerdos de la infancia, rodeado de aquellos árboles, pinos, cipreses, jugando en el mismo patio de césped verde y flores rojas donde recibió a los reyes de España.
En este patio está la casona blanca, adornada con macetas de color tierra, flores que aportan la nota de color y balcones negros. Uno de esos ventanales, con vistas al Monte Montgó, era el lugar donde Francisco Brines se sentaba a contemplar las vistas, leer, escribir y a comer. Quién le iba a decir a él que esa silla se convertiría en el año 2000 en un sillón, el sillón X mayúscula de la Real Academia Española de la Lengua en sustitución del dramaturgo Antonio Buero Vallejo.
Sobre la finca Elca escribió en su primer libro Las Brasas en 1960, donde contaba que allí experimentó la continuidad de todas las edades. Y allí quería contemplar su vejez, en esta casa, por ello regresó y creó la Fundación Francisco Brines.
Al frente de la dirección de esta Fundación está la poeta Àngels Gregori, que hoy, más que nunca, es amiga y ser muy querido del escritor en esta triste despedida. Nos atiende desde la capilla ardiente de Francisco Brines. Nos dice qué significó Brines para ella: "Era un maestro, un amigo y una persona con la que tuve el privilegio de pasar a su lado los últimos años. Tuvo un gran final, una despedida magnifica, feliz, con los suyos y recibiendo el gran Premio Cervantes".
Àngels nos cuenta qué ha supuesto durante estos años Oliva para él: "Esa casa ha contemplado la continuidad de todas sus edades. Él siempre decía que era la casa de la fidelidad y del retorno. Siempre tuvo claro que algún día volvería a Oliva, aunque viviese en Madrid. Elca es uno de los espacios escritos más importantes de la poesía castellana del siglo XX".