En 'Por fin no es lunes' nos vamos a detener en el beneficio de las legumbres, alimentos tradicionales en prácticamente todas las culturas del planeta, pero en algunos casos, los grandes olvidados.
A pesar de que el consumo de legumbres en España ha repuntado en los últimos años, seguimos muy alejados de la cantidad recomendada por la OMS, quienes recomiendan tomar de tres a cuatro raciones semanales.
Mari Carmen Vidal, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, explica por qué estamos en un momento extraño de la alimentación: "La alimentación se ha puesto de moda. La nutrición es una ciencia de la que no se hablaba hace unos años e irrumpió con fuerza. Se han ido descubriendo las relaciones entre alimentación y salud y se han dado consejos sobre ello, tanto por parte de gente que sabe como que no. Esto nos lleva a un momento en el que hay muchísima información”.
"Un exceso de información no lleva a que la gente esté más formada, sino que lleva a confusiones o pasotismo", dice.
Alimentos calificados como "milagrosos"
Ahora se quiere comer de una manera saludable, pero al mismo tiempo se quieren descubrir nuevos alimentos. "Es algo fantástico. El problema surge cuando se introducen cosas nuevas con valor gastronómico, pero se le quieren dar propiedades milagrosas, buscando un impacto. Es utilizar la salud y la nutrición como un elemento de marketing", afirma Vidal.
Por ejemplo, en los últimos años hemos incorporado la quinoa a nuestra dieta, como una especie de superalimento. Sin embargo, unas legumbres como las lentejas pueden tener las mismas o más propiedades que este alimento. "No existen los superalimentos. Ni la quinoa ni ningún otro. Si existiera un superalimento que fuera bien para todo lo regalarían. La quinoa es un alimento que está muy bien, pero este aumento de la demanda ha hecho que se precio se incremente en aquellos países donde tenían la quinoa como alimento base", indica.
A finales del siglo XX se produjo una disminución drástica y progresiva en el consumo de legumbres, la catedrática lo explica: "Aquellos alimentos que tenemos más a mano pierden valor. Desde el punto de vista nutricional se reivindica desde hace mucho tiempo. Es un alimento muy completo, aunque ninguno lo es al 100%".