Moringa, semillas de chía, baobab, maca, espelta, té kombucha, aceite de coco… Es posible que en los últimos años hayas incorporado alguno de estos productos a tu dieta; alimentos exóticos y que supuestamente tienen propiedades casi milagrosas. Además de nutritivos, estos comestibles prometen grandes beneficios para la salud si los incorporamos a nuestra dieta, pero ¿es exactamente así?
Esto es lo que se ha preguntado la doctora del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC Jara Pérez. Y lo ha hecho en el libro ¿Qué sabemos de los Superalimentos? A esta y a otras cuestiones nos responde en esta entrevista de 'Por fin no es lunes'.
¿Qué son los superalimentos?
El término 'superalimento' no aparece registrado en el Diccionario de la Real Academia. Tampoco existe en ninguna acuerdo científico ni definición oficial mediante la que los investigadores expliquen la esencia de los populares superalimentos. Sin embargo, Internet está plagado de definiciones extraoficiales que nos venden las bondades de estos superalimentos, motivo por el que cada vez son más las personas que, como Jara, tratan de esclarecer la realidad latente tras las prometedoras palabras de la red.
"La ciencia no ha definido el concepto superalimento, aunque es un término con el que cada vez nos encontramos más en los estantes de los supermercados", ha expuesto Jara.
Sin duda, el vocablo puede resultar atractivo para un consumidor cauteloso con su salud, motivo por el que ya son varios los países que han comenzado a legislar sobre la inclusión de esta terminología en el etiquetado de los productos alimenticios. Una legislación que todavía no ha llegado a España.
"En Reino Unido han llegado a retirar campañas de publicidad que incluyen el término 'superalimento'porque consideran que puede conducir a pensar que contiene propiedades más allá de lo común", ha explicado la investigadora.
Los orígenes del superalimento
El término 'superalimento' surgió, según recuerda Pérez, hace unos diez o quince años, pero su concepto se instauró mucho antes de lo que imaginamos. La jalea real, la miel o el vinagre de manzana son algunos de estos productos que desde hace tiempo se promocionaban y en cuyas propiedades muchas personas confiaban ciegamente.
"Tradicionalmente a algunos alimentos se les ha atribuido un efecto que después no ha sido científicamente demostrado. Tal es el caso de la miel: a día de hoy las investigaciones que se han realizado para validar aquellos efectos solo han podido mostrar su papel en el alivio de la tos", ha explicado Pérez señalando que también existe cierto efecto placebo con estos productos.
Los alimentos más nutricionales
Jara ha reconocido que existen alimentos con perfiles nutricionales más interesantes que otros y que, por ejemplo, "si comparamos unos arándanos con un producto de bollería, el arándano gana indiscutiblemente".
"Muchos de los alimentos promovidos como détox son, de hecho, tan solo alimentos con buenos perfiles nutricionales que se pueden incluir en una dieta saludable; sin embargo, no nos van a 'detoxificar' por la sencilla razón de que no estamos envenenados", ha argüido la investigadora.
En cualquier caso, Jara ha querido incidir en la importancia de priorizar los alimento saludables que, independientemente de su tipología, serán igualmente beneficiosos. "No hay ninguna razón en concreto por la que podamos llamar 'súper' a la chía, pero tampoco por la que podamos llamárselo a nuestras lentejas de toda la vida", ha añadido.
