Santiago Auserón es un bravo. Bravo porque hay que serlo para tener vocación de filósofo. En los 80 empezó a cogerle el tranquillo a eso de juntar letras y música. Aprendió en la escuela de calor, claro y se enamoró de la moda juvenil. Era entonces el líder de la que, posiblemente, fue la mejor banda española de los 80.
Dejó la moda juvenil y, estando en lo más alto, saltó al vacío. A empezar casi de cero. Le dieron igual la fama, el dinero, la comodidad… "Para mí era prioritario ser libre", ha dicho alguna vez. Se enamoró del son cubano, al que le dedicó gran parte de sus años 90.
Se convirtió en Juan Perro, tuvo relaciones más o menos estables con el jazz, el soul… y, desde hace unos años, flirtea también con la música sinfónica. De hecho, el próximo sábado sonará, con la Orquesta Reino de Aragón, en el Auditorio Nacional, en Madrid.
En 2011 recibió el Premio Nacional de las Músicas Actuales, concedido por el Ministerio de Cultura. Y en 2022 fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Influencia de la música anglosajona
Auserón se define como el "negro del Ebro", pues en su ciudad natal, Zaragoza, la gente de su generación tenía una querencia especial por esa música de los negros norteamericanos, por la influencia de la base militar donde había estadounidenses.
Por un lado, tenían la información que llegaba a través de aquellos aviones desde Estados Unidos y, además, las máquinas de discos ya ponían a grupos británicos a comienzos de los sesenta, por lo que ya conocían a los Beatles, Rooling Stones, Kinks, Animals...
"Los dos mundos de la música anglosajona se vivían con intensidad en mi ciudad natal", recuerda Auserón sobre sus influencias musicales desde niño.
El privilegio de tocar junto a la Orquesta Reino de Aragón
La sala de cámara del Auditorio Nacional de Madrid, es una sala "dulce y preciosa", donde "casi no hay que hacer nada para que suene bien". El sábado, Auserón estará acompañado de la Orquesta Reino de Aragón, "gente de un altísimo nivel de preparación" y que están dirigidos por Ricardo Casero, "un maestro excepcional, franco y directo" que además es muy cercano.
Esto es un privilegio absoluto, yo aprendo con ellos
"Esto es un privilegio absoluto, yo aprendo con ellos", dice Auserón, quien se define como un "cantante callejero" acostumbrado a andar con buenos músicos.
La vida es una mezcla de encuentros afortunados y caídas
En la vida en general, y en el terreno artístico en particular, todas las experiencias cuentan. "Uno se va haciendo de esa mezcla de encuentros afortunados y de caídas, errores y de esa inclinación que tenemos los seres humanos de hacernos daño a nosotros mismos", explica sobre su trayectoria vital rodeado de buenas y malas compañías.
Filosofía para respirar y "estar en las nubes"
Santiago Auserón, estudió filosofía por vocación y porque, el primer libro que leyó sobre filosofía, no entendió absolutamente nada. Aquello le fascinó y le supuso un reto, "provengo de la clase trabajadora pero he aprendido a aspirar a la cultura de las élites", dice.
Para él, el estudio de los libros de filosofía "me mete en una nube que me permite respirar otro aire", sin que ello le desligue de la realidad, porque también le gusta "el combate de la vida diaria".
