Este viernes se daba el pistoletazo de salida con la vuelta al cole de los más pequeños. Casi 100.000 niños de hasta tres años acudían a las escuelas bajo especiales medidas de seguridad por el COVID 19. El resto de alumnos volverá a las aulas de forma progresiva a lo largo del mes septiembre.
Hay que tener en cuenta que los estudiantes llevan 6 meses sin pisar el colegio y este curso será diferente a los anteriores. No todas las comunidades autónomas ni todos los centros educativos tendrán las mismas normas. Cada uno establecerá sus protocolos y decálogos.
Aunque eso sí, bajo unos criterios comunes fijados por el Ministerio de Educación… como por ejemplo los “grupos estables de convivencia” o los “grupos burbuja”, para los más pequeños. El uso obligatorio de la mascarilla y la distancia de seguridad, para los más mayores, la higiene de manos meticulosa, la ventilación de forma frecuente y las actividades deportivas sin público. Además, cada colegio tendrá la figura del delegado COVID…. Esto, entre otras muchas medidas.
¿Pero son suficientes para mantener la seguridad? ¿Se adaptan a la práctica? La opinión está dividida no solo entre los docentes, también entre los padres. Estos últimos días hemos escuchado muchísimas voces a favor y en contra del comienzo de curso y de la forma de llevarlo a cabo. Unos defienden un comienzo con clases presenciales y seguras y otros, no se fían y apuestan por la vía telemática y por el derecho de los padres a decidir.