Elegir o renunciar, esa es la cuestión en una época en la que no existen facilidades desde el mundo laboral para estimular la conciliación a aquellas personas que la requieran para poder cuidar a alguien a su cargo. Ese es el tema sobre el que ha reflexionado Sabino Méndez este domingo en Por fin no es lunes.
Nuestro sabio afirma que es perfectamente razonable y humano no querer perderse la infancia de nuestros hijos por culpa del trabajo y que el modelo laboral actual "llevamos equivocadamente" la relación entre vida y trabajo, lo que Karl Marx llamó hace 200 años "alienación". Perdemos calidad de vida por no ser capaces de integrar el trabajo en nuestra vida y parece que hubiésemos aceptado esa alienación como si hubiésemos olvidado que conciliar es cuidar.
"Cuando se llevó la iniciativa de la jornada de 32 horas a los informativos, en las entrevistas, la proporción de personas que podían planteársela era superior en las mujeres que en los hombres, lo que nos habla a las claras de que estamos con roles muy parecidos de género a los que se tenían hace años. Laboralmente, el hombre se sigue viendo a sí mismo como un proveedor, como si su única función fuese traer el máximo de dinero posible a casa", explica, por lo que "hay que revisar la relación entre vida y trabajo, pero como sociedad en conjunto para pedir pactos nacionales y globales".