En el educativo, con la suspensión de clases presenciales en todos los centros… En el ámbito del ocio y la cultura, con el cierre de restaurantes, bares, teatros, cines, salas de conciertos… En el trabajo, con empresas que adaptan medidas de flexibilidad para sus empleados… E incluso en nuestra forma de relacionarnos y de saludarnos. En un país como España donde nos gustan los besos y los abrazos… Ahora “están prohibidos”…. Eso por no hablar del cambio en nuestras costumbres de higiene… Hay que lavarse las manos más frecuentemente…
Son solo algunos ejemplos, pero hay muchos más… Son los desafíos a los que nos enfrentamos en esta crisis del coronavirus. De ¿cómo? respondamos a ella, dependerá también nuestro futuro. ¿Se implantarán las clases online para los estudiantes?, ¿las cenas por videoconferencia con amigos o los festivales de música online se convertirán en una alternativa de ocio?
¿Se impondrá el teletrabajo de forma habitual? Es uno de los grandes retos del mercado laboral español. De momento, solo el 4,3% de los ocupados teletrabajan habitualmente en España… Un porcentaje que sube al 7,5% si se añade a aquellos que lo hacen esporádicamente. Estos datos nos sitúan muy lejos de países como Suecia, con casi un 35% o Francia, con casi un 21%. Pero, ¿será el teletrabajo nuestro futuro? ¿Estamos preparados para ello?