Pensar demasiado no solo produce malestar puntual, sino que puede desencadenar o agravar cuadros de ansiedad. Sin embargo, adoptar estrategias probadas, como la meditación o el ejercicio, puede romper ese círculo vicioso.
Tu cuerpo tiene un botón de “calma” escondido... y se activa con comida. Algunos alimentos no solo nutren: también apagan el cortisol, la hormona del estrés.
El famoso actor chileno sufre un trastorno que le obliga a recurrir a una curiosa solución para poder sobrellevar ciertos momentos difíciles, que ha servido para hacer más visible un problema social que afecta a miles de personas en el mundo
El laboratorio de Fisiología Sináptica identifica un grupo específico de neuronas que desempeña un papel clave en la aparición de alteraciones como la ansiedad, la depresión y los cambios en la conducta social
El Hospital San Juan de Dios de Sevilla, localizado en Nervión, trata la salud mental de niños y jóvenes que acuden a consulta con síntomas de ansiedad, tristeza persistente o sensación de vacío, sin identificar claramente que la causa puede estar en una desconexión emocional o social. “La soledad no deseada entre los jóvenes no siempre se presenta como tal”, explica Marta López Narbona, psicóloga de la Unidad de Salud Mental del centro. “Suelen hablar de agobio, de desgana o de sentirse fuera de lugar, incluso estando rodeados de gente. Muchos jóvenes que llegan a consulta no saben poner nombre a su malestar. Detrás de la ansiedad la apatía, el uso excesivo de las pantallas o las redes de cyberamigos puede haber un sentimiento profundo de soledad no reconocida. Esto dificulta la detección y, por tanto, el tratamiento adecuado. Es fundamental que empiecen a identificar este sentimiento y sepan que no están solos”.