editorial

Esta vez sí se dio un plazo, aunque tampoco una fecha exacta, ni siquiera aproximada. De nuevo, esa horquilla de “a primeros de 2024”.

Pero no lo dio un político, ni un gobernante. Lo hizo el director del escenario protagonista, el hospital Costa del Sol, que al fin y al cabo sabe más que los otros, porque está allí todos los días, básicamente.

Se completaba la terna de centro de salud de Ricardo Soriano, con presencia municipal; centro de salud de Las Chapas, con presencia municipal y autonómica; y hospital comarcal que ahora se llama universitario, con presencia municipal y doble ración de la Junta. De hecho, la que habló fue la delegada del Gobierno andaluz, Patricia Navarro y no el delegado de Salud, Carlos Bautista.

Aprovechó para recordar la historia del centro sanitario -30 años sin mejora alguna desde que se abrió en diciembre de 1993- y la más reciente de su polémica y larga obra de ampliación -10 años paralizada a cuenta de que si los aparcamientos tenían que costar lo que costaban para pagar la obra-.

No parece tan difícil.

Sería ya el tercer aviso. Y el margen empieza a ser escaso, tanto como el agua de La Concepción.

Hace exactamente 21 días, la nueva consejera delegada de Acosol mantenía el nivel de alerta en “preocupante”, no lo subía a “alarmante”. Había entonces 22 hectómetros cúbicos. Hoy 19 y el porcentaje de agua está a punto de bajar del 30%.

En el resto del país están mucho peor, pensarán quizá algunos; otros pantanos están al 10 %. Sí, vale, pero dos cosas: la primera es que el de aquí, como se ha contado ya muchas veces y de ahí los proyectos pendientes para solucionarlo, es pequeño para toda la población que hay. Y la segunda: ¿qué más da que en otros lugares estén peor? ¿Y en qué situación están en esas zonas? ¿Queremos vernos con restricciones de aquí a un par de meses? Porque de momento no hemos llegado a ese extremo, pero como decíamos al principio, el margen empieza a ser escaso.

Sólo por el hecho de que estén de acuerdo todos los alcaldes de la Costa del Sol Occidental deberíamos nosotros, la ciudadanía, seguirles en este camino.

No parece tan difícil.

Otro camino que va a acabar entre final de año y principio del 2024. Los regalos se los van a repartir esta vez casi a partes iguales Papá Noel y los Reyes Magos; presentes en forma de obras terminadas.

A la propuesta definitiva del Plan General de Ordenación Municipal, a los trabajos de El Ingenio, a los del pabellón deportivo en la zona sur de San Pedro y a la obra del centro de salud de Ricardo Soriano, se suma también la actuación en el otro nuevo ambulatorio; el de Las Chapas. Todos o para diciembre de 2023 o para enero de 2024.

Quedándonos con el último, puntualización importante: a final de año terminará la obra, los trabajos del edificio para entendernos. Porque luego hay que darle uso, o sea, poner el equipamiento y sobre todo, el personal, claro.

Y aquí sí que no se mojan los representantes públicos. Ponía el propio delegado provincial el ejemplo, cercano en el tiempo, de lo que ocurrió con el centro de salud de San Pedro Alcántara, en el que entre que si electricidad, que si los equipos, y que si otros imprevistos más, pues entre lo que tenía que haber sido y lo que fue, mediaron algunos meses, que se tradujeron en impaciencia de un lado y críticas de otro.

Así que ya dará servicio el nuevo centro de Las Chapas. En 2024, eso sí, claro.

No parece tan difícil.