Editorial de Elena Gijón

Felipe VI recibe esta semana a los portavoces de los grupos parlamentarios. La tradición dice que el candidato de la fuerza más votada, Rajoy, sea el primero en recibir el encargo de formar gobierno. Pero esa sólo es la tradición porque quien está decidido a gobernar a costa de todo es Sánchez. Hoy los de Podemos le vuelven a pedir al secretario general del PSOE un guiño, entiéndase, que les apoye para formar cuatro grupos parlamentarios. De cuánto se deje presionar, de cuánto se lo permitan en su partido, el socialista, dependerá que sea o no, el próximo presidente del gobierno.

La dirección del PSOE quiere convencer de que ceder 4 senadores a Esquerra y a Democracia y Libertad para que formen dos grupos parlamentarios en el Senado es cuestión de cortesía parlamentaria. Pero tiene su poder de persuasión bajo mínimos, porque el argumento no se lo compra ni la oposición que ve en este movimiento un guiño de Sánchez para sumar votos en la investidura, ni en su propio partido, donde los barones de la vieja escuela le reprochan que se eche en brazos del independentismo.

Felipe VI recibe a los nuevos presidentes del Congreso y el Senado. Es lo que marca la ley al comienzo de cada legislatura. Patxi López y Pío García Escudero son de los pocos que ya conocen su papel, porque el resto de parlamentarios ignora si su trabajo será en el gobierno o en la oposición. Si de impresiones hablamos, el nuevo presidente del Congreso tira en Onda Cero para su partido insistiendo en el PSOE debe desmarcarse del PP.