Luis Gortari

Hoy hemos bajado al Museo Universidad de Navarra con alguien muy importante, una persona con línea directa con el Rey Melchor, ni más ni menos. Gracias a él y a sus compañeros de la Asociación Cabalgata de los RR MM de Pamplona, convierten cada Navidad, la noche del 5 de enero en la más mágica del año. Jesús Ayala también trabaja en la Universidad de Navarra en el Servicio de nuevos estudiantes contándoles en qué consiste y lo que significa estudiar en la Universidad de Navarra.

La obra escogida por Jesús de la magna exposición que ocupa actualmente las paredes del MUN "Una tierra prometida. Del siglo de las luces al nacimiento de la fotografía", ha sido un grabado de las tres Pirámides más célebres de Egipto porque, según nos ha dicho, en tiempos de Napoleón, éste ya enviaba a sabios para preparar el futuro de la conquista, en una verdadera estrategia de marketing, ayudándonos a conocer lugares míticos y lejanos gracias a los reporteros de la época: los grabadores.

Como banda sonora, Jesús se ha decantado por todo un clásico del desierto, la música de la grandiosa película que David Lean dirigió en 1962: "Lawrence de Arabia" y que firmó Maurice Jarre, muy adecuada para que suene en grandes aventuras épicas y grandes viajes.

Hoy nos ha acompañado en nuestra visita al Museo de la Universidad de Navarra, una persona que representa una parte importante de la fotografía de esta tierra. Ha disfrutado tanto de los grabados expuestos como de las fotografías de una de las muestras más completas y más difíciles de ver en Pamplona, según sus palabras.

Sorprendentemente no ha escogido una fotografía, aunque las haya fantásticas, sino que se ha decidido por un grabado como un antecedente de su oficio, en el que, tras muchos años de visionado de imágenes, ha sido atraído en la exposición por la parte más artesanal del grabado.

José Luis Larrión ha escogido, o ha sido escogido por él, una obra del grabador romántico Villamil realizado tras su viaje a Navarra, en el que vemos el castillo de Olite tal y como era en su origen, tras la guerra con Napoleón precisamente -tan presente en la exposición del MUN-, y no como lo conocemos actualmente.

Por último, José Luis nos ha sugerido como banda sonora para este Veo-Veo, una de las piezas más deliciosas del repertorio de Maurice Ravel: "Pavana para una infanta difunta".