Marbella Alfonso Olaso

Las famosas lindes entre Marbella y Benahavís vuelven a la actualidad con una nueva polémica entre el PSOE, que acusa a la alcaldesa, Ángeles Muñoz, de querer beneficiarse personalmente del cambio en los límites de ambas localidades, y el PP que devuelve la crítica a los socialistas diciendo que toda su argumentación es rotundamente falsa. La raíz de esta otra vuelta de tuerca al asunto está en un punto del Pleno del próximo viernes, 27 de julio, en el que el Ejecutivo plantea una corrección de errores en el texto refundido del PGOU aprobado recientemente. El PSOE considera que se trata de un intento más de la regidora para dar un pelotazo urbanístico, porque el terreno afectado por el cambio es en el que está su casa y, al parecer, también incluye suelo en el que su familia tiene intereses. El PP dice que no hace otra cosa que obedecer una indicación hecha por la Junta de Andalucía porque había -y hay aún- una duplicidad de lindes entre ambos términos municipales, concretándole además qué límite debía conservarse en los planos y qué limite debía eliminarse. Y va más allá: el suelo en cuestión es urbanizable, pertenezca al municipio que pertenezca, con lo que la teoría del pelotazo urbanístico queda completamente desarmada y descartada.

Hace 28 años empezó a funcionar en Marbella la Escuela Oficial de Idiomas. Impartía las clases -inglés y francés- en unos locales ubicados en los bajos del estadio Municipal. Cinco después, en 1995, se trasladó de manera provisional mientras se buscaba un lugar adecuado, a dónde aún hoy sigue, en el edificio del antiguo colegio Santa Teresa. Ahora, casi un cuarto de siglo después y con más de 2.000 alumnos, el centro formativo podrá abandonar esas provisionales instalaciones. Para el curso académico siguiente, el 2019-2020 dará clases, ése es el cálculo hecho al menos en el Ayuntamiento, en un local municipal de avenida Alfredo Palma, que se habilitará con un presupuesto de 1,3 millones de euros procedentes, y aquí está el primer fruto del acuerdo alcanzado con el Ministerio de Hacienda, de las sentencias por los casos de corrupción. Serán unas instalaciones no mucho más grandes en superficie que las actuales, pero sí mejor aprovechadas, al ser un espacio completamente diáfano. Allí seguirán dándose las clases de inglés, hasta el nivel C1, y de francés, alemán, árabe y español para extranjeros, éstos hasta el B2. A la espera seguirá el ruso. Todo ello, con el visto bueno de la Consejería de Educación.

El Ayuntamiento de Marbella tiene ya en su poder el informe encargado a un equipo de profesionales del Urbanismo entre catedráticos de Derecho Administrativo y abogados acerca del escenario urbanístico que quedó en el municipio tras la anulación del PGOU de 2010. El contenido de ese estudio, encargado en tiempos del tripartito, lo conoceremos en los próximos días, porque ayer, el Ejecutivo no tenía prácticamente información acerca del documento. Quizá hubiera sido más conveniente tomarse unos días para empaparse de él y luego explicarlo. Sugerencia para próximas ocasiones. Dicho lo cual, el Consistorio da así un paso más, no obligatorio pero sí conveniente, en el camino hacia un nuevo PGOU, cuya hoja de ruta tiene a final de este julio y en diciembre sus próximas paradas; antes de que empiece agosto quiere tener listo el pliego de condiciones para contratar al nuevo equipo redactor y antes de que termine el año, tenerlo contratado para que comience a trabajar en los albores de 2019. Esta segunda parada está menos definida, no obstante. Y como ya ha dicho en varias ocasiones la alcaldesa, Ángeles Muñoz, el nuevo PGOU se basará en la realidad y estará liderado por el Ayuntamiento.