Marbella Alfonso Olaso

Al presidente y concejal de OSP, Manuel Osorio, empieza a venirle largo el actual mandato municipal, el primero en el que está en el Gobierno del Ayuntamiento marbellí. Pero no porque esté o no capacitado para ejercer su labor, sino por lo que le está desgastando, según se dedujo de unas declaraciones hechas ayer al respecto de si volverá a estar en la lista de su partido de cara a las elecciones municipales de 2019. “Estoy quemado” dijo. Añadió que pensará en los pros y los contras, desde los puntos de vista personal, primero, y profesional, después. En cualquiera de los casos, queda aún un año por delante. Aunque esto también tiene sus ventajas y sus inconvenientes. A favor está el tiempo que hay para que los proyectos por los que se metió en esta aventura política, fructifiquen. Dice que en realidad es lo que más le importa. Pero se topa de frente con la dinámica política que tiene toda la pinta de que seguirá igual: OSP fue el que decidió que cambiara el Gobierno hace siete meses y contra sus ediles cargan habitualmente sus ex socios.

Dos nuevos espacios culturales verán en Marbella la luz en 2019. Lo pueden hacer incluso al mismo tiempo. Son de esos, son de una importancia tal, que uno se pregunta cómo es posible que una ciudad como ésta aún no los tenga. Están, afinando un poco más, en el podio de los imprescindibles para poder hablar de una mínima oferta de calidad. Porque teatro ya hay, aunque no estaría mal tampoco que hubiese otro más grande, o se ampliara el que hay, ya que estamos. Pero lo que aún no existe es un museo de la ciudad, un lugar en que se expongan los testigos inertes de la historia local. El terceto lo completa esa biblioteca central que Onda Cero ya avanzó hace algunas semanas que era uno de los proyectos prioritarios para el actual equipo de Gobierno. De éste último tenemos algún dato más que entonces, como que se ha elegido el lugar en que durante 25 años ha estado el Museo del Bonsai porque su entorno propicia un ambiente ideal para los habituales de los espacios bibliográficos. Y el Museo de la Ciudad, que así se llamará además, estará en el convento de Los Trinitarios, el sitio que el colectivo Marbella Activa proponía para la biblioteca pero que no puede albergarla; no tiene ni 300 metros cuadrados de superficie y hacen falta, como mínimo, 800, según los detalles aportados por la responsable de Cultura, Carmen Díaz.

“¡En qué momento se me ocurriría!” estará pensando el teniente de alcalde de San Pedro Alcántara, Rafael Piña. Si hubiera tomado la decisión, como él dice, en el ejercicio de sus competencias, de peatonalizar, sin más, la avenida Marqués del Duero, el asunto no le estaría saliendo tan caro. Parecía complicado que se enredara más. Pero no era imposible, visto lo visto. Ayer anunció que se anulaba la famosa consulta/encuesta/sondeo porque no hay manera técnica de controlar que sólo voten los sampedreños, los empadronados en el distrito 1 de Marbella. Piña achaca el fracaso de su iniciativa a la mala politización, según sus palabras, que ha hecho la oposición y a la falta de nobleza, siguiendo con el entrecomillado, de algunos vecinos que han tratado de desvirtuar el proceso. Hay una tercera causa que públicamente no dicen, pero sí en privado. Digamos que les han equivocado acerca de si lo que querían hacer era o no posible. No mete a los comerciantes en el combo entendiendo sus manifestaciones y críticas por lo que les toca. Quizá sea un guiño. Mantiene su compromiso de tomar la decisión que sea, siempre de manera consensuada, incluso abrir de momento la calle al tráfico y después, si toca, peatonalizarla. A la oposición, a PSOE e Izquierda Unida que de momento son los que se han manifestado, lo ocurrido les parece una chapuza y que lo que ha ocurrido en realidad es el resultado no iba a ser el que querían en la Tenencia.