Marbella Alfonso Olaso

Lo habrán escuchado estos días en nuestra emisión. El martes que viene se proyecta en Marbella la nueva película de Al Gore, el que fue vicepresidente de los Estados Unidos con Bill Clinton. Como la primera, va sobre el cambio climático. Se verá aquí por primera vez en Andalucía. Así que la ciudad será la número uno de la comunidad en otra clasificación más. Como lo es, en el conjunto de la Costa del Sol Occidental, precisamente en una de las variables que inciden directamente en el cuidado del planeta, en una de las armas para luchar contra las bruscas alteraciones de la meteorología: el reciclaje. Lo recordaron ayer durante la presentación el delegado municipal de Medio Ambiente, Manuel Cardeña, y el organizador de la proyección, Pancho Campo. Ambos añadieron sin embargo esa coletilla de que “no es suficiente, hay que seguir concienciando a la gente”. Porque el problema, el gran problema, se ha manifestado ya, también aquí, de otra forma. Hace 11 años, el propio Al Gore hizo una simulación para ver hasta donde llegaría el agua del mar en el litoral marbellí a 50 años vista. Según explica Campo, el año pasado la realidad era peor de la que esa previsión indicaba. Es hora por tanto de empezar a tomárnoslo en serio.

El nuevo Plan de Ordenación del Territorio de la Costa del Sol Occidental sigue generando reuniones, foros, debates. Desde que el consejero José Fiscal presentase su borrador en Ojén hace casi dos meses, los profesionales del sector se han juntado en varias ocasiones para analizar la propuesta de la Junta de Andalucía. Ayer lo volvieron a hacer, a propuesta de la Fundación Urbanismo y Desarrollo. Fueron unos cien, entre los que hubo también, lógicamente, alcaldes y representantes de los municipios implicados. Tiene pinta de que habrá más encuentros porque el documento apenas gusta. No es que todo sea malo, pero casi, según las consideraciones hechas hasta el momento por los expertos, que además apuntan a un posible error de concepto; el nuevo POT pretende, entre otras cosas, frenar un aparente desmesurado crecimiento de viviendas, pero los datos manejados por la Fundación organizadora de la jornada, reflejan que el suelo urbano del litoral, entre Fuengirola y Casares, que es la zona afectada, representa el 13 por ciento

La iniciativa privada solucionará de momento la situación de las personas sin techo que desde el domingo no tienen un lugar en el que pasar la noche en Marbella. El Rotary de San Pedro Alcántara ya ha habilitado viviendas que tiene en la localidad para dar cobijo a algunas y está haciendo obras para las que restan. Cumplen así, en definitiva, con su ideario; prestar servicios humanitarios en sus comunidades, promover elevadas normas de ética en todas las ocupaciones y contribuir a fomentar la buena voluntad y la paz. Y su ofrecimiento no tiene fecha de caducidad. El origen de este asunto no ha escapado de la polémica. Esa decena de personas que son atendidas durante el día en el Centro de Emergencia Social de Cruz Roja y que dormían después en el albergue África, tuvieron que abandonar estas últimas instalaciones el domingo. El Ayuntamiento arguyó que Inturjoven, la empresa dependiente de la Junta de Andalucía que se ocupa de casos de emergencia mediante convenios, no seguía prestando el servicio que daba en el conocido recinto. Pero en la oposición, en concreto, Izquierda Unida, decían ayer mismo que la responsabilidad última es del Consistorio y que además el equipo de Gobierno sabía lo que iba a ocurrir porque el albergue África no está habilitado para cobijar permanentemente a los transeúntes. Al Ejecutivo le hacen gracia las manifestaciones de la coalición de izquierdas porque son ellos, cuando estuvieron al frente de la Delegación de Derechos Sociales, los que desbarataron todo lo que había puesto en marcha el PP antes de 2015 para suplir la falta de un albergue para transeúntes en el municipio, que es al final la clave principal, sin dar solución alguna al problema que su decisión originó.