En alimentación existe algo llamado aversión sensorial a los alimentos o selectividad alimentaria. Consiste en rechazar un determinado alimento por su aspecto, su textura, olor o sabor. Lo que para algunos pequeños puede tratarse de simples manías con alimentos concretos, se convierte en una causa de gran preocupación para madres y padres de niños con autismo cuando se produce este rechazo.
Para esta investigación A-Autismo va de la mano de la Fundación Alicia, dedicada a la mejora de hábitos alimentarios. El trabajo tiene como objetivo analizar la relación con los alimentos de los niños que participen en el estudio para poner en marcha herramientas y programas que mejoren sus procesos de alimentación. La coordinadora de A-Autismo, Paula Rodríguez, ha subrayado la importancia de que en el estudio participen también niños sin autismo porque permitirá comparar cómo aplican esa selectividad alimentaria.
Las familias con hijos con o sin autismo que quieran participar, deberán responder a cuestiones sobre la alimentación cotidiana, como la frecuencia de la ingesta y algunas conductas habituales. Los interesados deben ponerse en contacto con a·Autismo enviando un correo electrónico a a.autismo@atades.org o llamando al 680 391 858.