Está enterrada bajo la ladera pirenaica, cuenta con energía 100% renovable gracias a las placas solares, está construida con material de la zona y cuenta con un diseño modernista, totalmente integrado en el paisaje y apostando por la eficiencia y la ecología. Así es la nueva bodega Bal Minuta, y que forma parte de un proyecto de enología que nació hace 10 años en los viveros de Adecuara de Biescas y que ha ido creciendo, de la mano de los enólogos profesionales Pilar Gracia y Ernest Guasch.
“La bodega está enterrada por un motivo doble: por un lado, para diferenciarnos de las bodegas que pueden verse desde cualquier punto a su alrededor, integrando el edificio en su entorno; por otro, porque es como se hacían las bodegas antiguamente, bajo tierra, de forma que la temperatura es más estable y no hay que gastar energía en hacerlo posible”, explica Pilar Gracia.