Desafío Viajero

Fenómenos de luz en la catedral de Chartres

A 90 kilómetros de Paris se encuentra uno de los lugares con más misterio, una joya de la arquitectura y del misterio que todos los 21 de junio y 22 de agosto se convierte en un espectáculo de luz. Se trata de la Catedral de Chartres, destino de Luis Tobajas en Desafío Viajero.

Lourdes Funes

Zaragoza | 07.06.2024 15:01

Hay lugares en el mundo que no sólo son una joya arquitectura, sino que también ofrecen espectáculos únicos. Luis Tobajas abre su #DesafíoViajero a la Catedral de Chartres, una catedral en la que se pueden ver dos fenómenos relacionados con la luz y que guarda un laberinto místico.

Como cuenta Luis, Chartres está a 90 kilómetros de Paris y llama la atención las dos torres de su catedral que miden 100 y 102 metros. Fue construida en el año 1120 sobre los restos de una iglesia románica que se quemó en 1194. Y antes de eso, hubo un tempo pagano en el que, se dice, se hacían sacrificios. De hecho, en la actual cripta se encuentra un pozo en el que de cree se realizaban esos sacrificios. Tras el incendio del siglo XII, y en sólo 26 años se levantó la actual catedral gótica.

Algo que caracteriza a esta catedral, además de su construcción, es su decoración con más de cien de vitrinas, originales del siglo XII, con todos azulados. Frente a la vitrina de San Apolino, en el suelo, hay una baldosa que es diferente a las demás y todos los 21 de junio, cuando el día tiene más horas de luz, un rayo de luz entra por un agujero de la vidriera y enfoca directamente en esa baldosa.

Este fenómeno, que representa el triunfo de la luz frente al a oscuridad, como explica Luis Tobajas, no existía en la construcción en 1120 sino que fue posterior. El agujero se realizó en 1701.

El laberinto místico

Pero hay otro fenómeno relacionado con la luz que atrae a cientos de visitantes el 22 de agosto. Este fenómeno ya se contempló desde el origen de la catedral. En la entrada principal del templo hay un laberinto de 13 metros de diámetro dibujado en el suelo que representa la Jerusalén mística y los peregrinos lo entendían como el camino iniciático a Tierra Santa.

Todos los 22 de agosto, la luz penetra por el Rosetón y la vidriera de la portada en la que está representada la Virgen María, a quien está consagrada la catedral, y la luz incide en el centro del laberinto. ¿Porqué este día? Luis Tobajas explica que 300 años después de la construcción de la catedral, Gregorio XIII se dio cuenta que el calendario que se utilizaba estaba desfasado y cambió los cálculos para actualizarlo. De esta manera, “desaparecieron”, de la noche a la mañana, diez días.

Con este nuevo cálculo, el Día dedicado a la Virgen María, que hoy se celebra el 15 de agosto, en el siglo XVI correspondía al 25 de agosto, pero 300 años antes el desfase no era de diez días sino de siete. De ahí que el fenómeno tenga lugar el 22 de agosto.