El descenso de Nabatas por el río Cinca es una tradición que año tras año rememora cómo los antepasados bajaban en embarcaciones hechas a base de madera desde Laspuña a Aínsa para transportar, precisamente madera. Se supone que esta época del año es la idónea por la cantidad de agua que lleva el Cinca, pero este año, la sequía también le ha hecho mella y resulta imposible el descenso.
Daniel Castillón, desde la Asociación de Nabateros de Sobrabe, explica que la nabata irá de Laspuña a Aínsa, pero lo hará en un camión, porque el objetivo es rendir homenaje a todas las familias de nabateros. Homenaje que se recuperó en los años 80 y que desde entonces se repite todos los años.
La celebración no es sólo el descenso, es también el proceso de construir la nabata, proceso que comienza a principios de año y que continúa mes a mes con diferentes labores que este año, al no realizarse el descenso, se mostrará a la orilla del Cinca para que la gente pueda conocer todo lo que implicaba ser nabatero. Una muestra que cobra más interés desde que se reconoció por la UNESCO como patrimonio inmaterial.
Castillón explica que este año también hay novedades referente a las actividades y es que se ha organizado un festival de música en el que participan grupos que tienen relación con el territorio y que están buscando darse a conocer. Toda la información se puede consultar en la página web de la Asociación de Nabateros de Sobrarbe
