El comercio minorista de la Comunitat Valenciana se enfrenta a un ejercicio marcado por la incertidumbre y la inflación, aunque hay factores favorables para que el consumo siga creciendo a un ritmo moderado.
Según un informe de Cámara Valencia sobre la situación y las perspectivas del sector para 2023, los expertos prevén que el mercado laboral y los salarios mantengan un comportamiento estable, lo que favorecerá la confianza de los consumidores.
También auguran que la recuperación del turismo internacional se mantendrá, aunque se alargará en el tiempo hasta alcanzar los niveles previos a la pandemia porque el encarecimiento de bienes y servicios y la incertidumbre de la situación geopolítica minará el gasto. El turismo nacional mantendrá un notable dinamismo, como han reflejado los datos de Semana Santa a pesar del aumento de los precios.
De acuerdo al informe, uno de los factores que ralentizará el gasto de compra, tanto en la Comunitat Valenciana como en España, es el descenso de la riqueza de los consumidores por la elevada y persistente inflación.
Este deterioro del poder de compra lo sufrirá en mayor grado la población de rentas bajas, dado que son las que más se ven afectadas por el aumento del precio de los alimentos cuyo peso en la cesta de la compra es mayor.
Además, los tipos de interés seguirán al alza a lo largo del año, hasta situarse en niveles cercanos al 4% si las tasas de inflación en la zona euro no descienden. Esto supone mayores gastos financieros, tanto para las empresas como para los consumidores (con préstamos e hipotecas) y, por tanto, una menor propensión de gasto.
Ambos factores, auguran los expertos, incidirán sobre todo en las decisiones de compra de bienes duraderos o que impliquen mayor esfuerzo o financiación adicional (automóvil, reformas integrales...) que se pueden verse demoradas.
De momento, en cuanto al gasto de los consumidores, se observa un ligero cambio de tendencia en los primeros meses de 2023. El gasto en ocio mantiene un elevado ritmo de crecimiento mientras el de bienes duraderos, que se había estancado en la segunda mitad de 2022, registra un repunte al inicio del año.
LAS MEDIANAS Y GRANDES SUPERFICIES RESISTEN MEJOR
En cifras, el informe destaca que en diciembre de 2022 y enero de 2023, la actividad del comercio minorista valenciano experimentó una sustancial recuperación, alcanzando tasas muy superiores a las registradas en los 18 meses anteriores. Aunque en febrero se moderó este crecimiento, la reactivación de la actividad del sector continúa en los últimos meses de forma superior a la media nacional.
El número de asalariados sigue incrementándose en el sector de la distribución comercial, impulsado por las medianas y grandes superficies. En los pequeños comercios, el empleo ha aumentado en los relacionados con la salud, el cuidado persona, el hábitat, las panaderías y los canales online.
Los autónomos dedicados a la distribución comercial, tanto minoristas como mayoristas, son los que han sufrido con mayor intensidad el aumento de los costes, con el consiguiente cierre de negocios. En términos netos, desde febrero de 2020 se han
perdido 2.165 autónomos en esta rama de actividad, viéndose más afectados los de los sectores de alimentación, moda y calzado y quioscos y papelerías.
Por tanto, las medianas y grandes superficies son las que mejor han resistido la desaceleración de la demanda de consumo y el aumento de los precios. Sin embargo, las micropymes y autónomos han sufrido en mayor medida el alza de costes y el estrechamiento de los márgenes.
APOSTAR POR LA EFICIENCIA
Como conclusión, ante un dinamismo muy moderado de la demanda de consumo, una inflación al alza, mayores costes de financiación y/o laborales, el comercio minorista deberá apostar por incrementar la eficiencia y productividad que le permita mantener o ampliar los márgenes comerciales.
Aspectos como la digitalización, el ahorro energético, la sostenibilidad o la multicanalidad son "imprescindibles" con independencia del tamaño y la actividad comercial, concluye el informe.