Desde hoy ya no tendrás que pagar por una botella si quieres beber agua en bares y restaurantes. Así lo estipula la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular que ha entrado en vigor tras su publicación este pasado sábado en el Boletín Oficial del Estado.
Según la nueva norma, desde este mismo momento los establecimientos de hostelería deben ofrecer agua de grifo gratuita, como una de las medidas para reducir el uso de botellas de un solo uso y las tiendas deberán fomentar la compra a granel.
Reducir residuos y mejorar la gestión de los ya existentes
La ley de residuos fue publicada este sábado por el Boletín Oficial del Estado y entró en vigor al día siguiente excepto en lo que se refiere a las Medidas fiscales para incentivar la economía circular' estos dos nuevos impuestos: el de producción de plásticos de un solo uso y el de depósito de residuos en vertedero. La norma señala que su finalidad es reducir la generación de residuos y mejorar la gestión de los que no se pueden evitar.
El primero de los impuestos se aplicará sobre los envases de plástico no reutilizables y el segundo al depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos.
El impuesto especial sobre plásticos será de naturaleza indirecta a todos los envases que sirvan para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías, como pueden ser los vasos de plástico o los rollos de plástico para embalar y evitar roturas en el transporte de productos.
Así, afectará a todos los envases que se fabriquen importen o adquieran dentro de los Veintisiete y que contengan plástico no reutilizable incluidos sus cierres. Estos impuestos se grabarán con 0,45 euros por kilogramo.
Sin embargo, quedan excluidos de dicho impuesto las pinturas, tintas, lacas y los adhesivos concebidos para ser incorporados a los productos destinados a tener la función de contener, proteger, manipular o entregar bienes o productos así como aquellos envases para contener, proteger, manipular, distribuir o presentar medicamentos, productos sanitarios, alimentos para usos médicos especiales, preparados para lactantes de uso hospitalario o residuos peligrosos de origen sanitario, así como los rollos de plástico para ensilados de uso agrícola y ganadero.
El segundo de los impuestos, al depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración, la Ley califica esta carga fiscal como un "instrumento económico clave para avanzar en la economía circular y en la consecución de los objetivos para la reutilización y reciclado en materia de residuos".
Se trata de desincentivar esta práctica para contribuir a la reintroducción de los materiales de los residuos otra vez en la economía, como por ejemplo los reciclados.
La nueva norma establece objetivos de prevención de residuos para reducir su peso en un 13 por ciento respecto a los generados en 2010 en 2025 y un 15 por ciento en 2030 y marca el reto de rebajar a la mitad la pérdida de desperdicio alimentario en 2030, al tiempo que retira el IVA a las donaciones de productos a las ONG como los bancos de alimentos.
Además prohíbe la destrucción o eliminación en depósito en vertedero los excedentes que no se vendan en los productos no perecederos, como textil, juguetes o aparatos eléctricos, que primero se destinarán a los canales de reutilización, incluida la donación, o bien a la preparación para su reutilización.