En el último año y medio se han sacrificado un total de 50.000 reses en España. El ritmo de sacrificio es cada vez mayor, ya que los disparados costes manutención de una vaca lechera hace que sea mucho más rentable vender su carne que continuar soportando la producción de leche.
La matanza de ganado se ha incrementado los últimos meses y afecta más a las vacas viejas, que son capaces de dar menos leche y aportan una carne muy valorada en el sector de la restauración. Los datos se encuentran reflejados en la última encuesta de sacrificio de ganado, creada para estudiar la evolución mensual la cantidad de animales sacrificados tanto por tipos como por peso canal en el país. El dossier publicado por el Gobierno muestra que el número de bovinos, tanto de carne como de leche, que han sido enviados al matadero ha subido un 10,10% interanual en mayo y un 7,15% en el acumulado de enero a mayo.
Futura falta de suministro
Los informes más recientes subrayan la gravedad de la situación, que ha afectado de lleno a la producción de leche de España. Esta comenzó a descender el mes de marzo, cuando sufrió una caída del 1,4% anual y del 2,7% en junio. Francisco Fernández, presidente de la principal asociación de lecheros de España (Agaprol), ha excusado la situación señalando que es una "realidad" a la que se enfrentan unos ganaderos "justos de rentabilidad y perdiendo dinero en muchos casos".
En estos momentos, los productores prefieren "sacrificar vacas, generar liquidez y dar de comer al resto que producen más leche". Esto se ha visto reflejado en el censo de vacas de ordeño, que este mes de agosto se sitúa en las 793.667 vacas lecheras, un descenso del 3,4% respecto al mismo mes del año 2021. Galicia continúa siendo la comunidad con más reses, un 41%, seguida de Castilla y León y Cataluña con un 12% y un 10% respectivamente. La producción de leche también se encuentra en descenso, especialmente en la época estival cuando los animales elaboran menos.
Aumento en los costes
Por lo tanto, se prevé que exista un problema de desabastecimiento a nivel nacional durante los meses de otoño. Esto causa, en palabras de Fernández, "nerviosismo" en la industria y la cadena de distribución. Ramón Artime, responsable del sector lácteo de Asaja, ha matizado las palabras del presidente de la asociación, asegurando que si la situación continúa no habrá leche los meses de "octubre-noviembre". Además, añade que los primeros damnificados serán "los queseros pequeños que tendrán problemas de abastecimiento".
La situación se agravó en junio de 2021, cuando los costes de los cereales sufrieron un marcado encarecimiento. A esto se le ha sumado la subida del gasóleo, la energía y los problemas de suministro creados por la guerra en Ucrania, que han acabado complicando la situación aún más. Para intentar subsanar este aumento, el precio de venta al público se incrementó cerca de unos 20 céntimos el litro, pero no se ha logrado cubrir todos los costes. Por lo tanto, la revalorización de la carne de vaca en primavera-verano ha hecho que en muchos casos se opte por sacrificar a más vacas.