Llega agosto, el mes del descanso y las vacaciones por excelencia. Una época en la que comemos más fuera de casa y el 'tupper' se convierte en un imprescindible para nuestros días de playa.
Pero comer fuera de casa, también tiene sus riesgos y el verano es propicio para que una intoxicación alimentaria termine arruinando las ansiadas vacaciones. Por eso, saber cómo mantener la cadena de frío o cómo descongelar un alimento sin caer en la tentación de hacerlo a temperatura ambiente son esenciales para evitar una colitis y otros males.
Cómo descongelar un alimento en verano correctamente
Conservar comida ya preparada en el congelador puede salvarnos de muchos apuros, pero no debemos caer en la tentación de descongelarla fuera del frigorífico, ya que, con las altas temperaturas se descongelará rápido. El riesgo se debe a que la congelación, en sí, no es capaz de destruir los microorganismos aunque es cierto que puede disminuir el nivel de contaminación de un alimento.
Por lo tanto, si tenemos un alimento congelado que porta una contaminación elevada y lo descongelamos en verano a temperatura ambiente de forma rápida, lo que producimos es la reactivación o la germinación de esporas presentes en el alimento: es como "resucitar" esos microorganismos que estaban "latentes" en el producto.
El riesgo aumenta si se descongela fuera del frigorífico y no se cocina correctamente. A esto hay que añadirle, además, el peligro de descongelar un alimento a temperatura ambiente que esté mal envasado, ya que puede ser contaminado por insectos.
Por lo tanto, siempre debemos descongelar el alimento en el frigorífico o, si tenemos prisa, podemos hacerlo en el microondas.
¿Con qué alimentos hay que tener especial cuidado en verano?
Los alimentos frescos son los más peligrosos ya que tienen un procesado mínimo y una vida útil corta. Estos son alimentos de origen vegetal como las ensaladas o las frutas pero también la carne o el pescado envasado en atmósfera modificada.
También hay que prestar atención a embutidos o productos cárnicos crudo-curados y quesos de pasta blanda porque en los últimos años se han relacionado con alertas de toxiinfecciones alimentarias.
En el caso de los huevos, la seguridad alimentaria está bastante garantizada en la restauración porque tienen prohibido su uso sin pasteurizar por lo que en este alimento hay que tener precaución a nivel doméstico.
Así, en casa hay que estar pendiente de la fecha de caducidad, mantenerlos a temperatura constante y es necesario tener cuidado en su manipulación porque pueden presentar contaminación en la cáscara externa de tal forma que se desaconseja el contacto de ésta con utensilios que se usarán luego para manipular otros alimentos, especialmente si éstos están listos para consumir.
Además, los elaborados a partir de huevos sin pasteurizar deben cocinarse por encima de los 75 grados en el centro de la pieza como es el caso de una tortilla.