El trabajo ha revelado por qué un determinado tipo de fármacos empleados contra el cáncer colorrectal, los inhibidores de mTORC1, son prácticamente inefectivos en algunos pacientes, lo que abre vías para optimizar y personalizar los tratamientos, según indican los investigadores en la revista Cell Metabolisma.
Cada año se diagnostican en España más de 40.000 nuevos casos de cáncer colorrectal, una enfermedad que puede ser letal y muy resistente a los tratamientos utilizados en la actualidad. Además, más del 75% de los casos de este tumor son atribuibles a causas ambientales, dado que no están asociados a factores de riesgo genéticos.
Según subrayó el CNIO en una nota informativa, todo apunta a que hábitos como una alimentación inadecuada, la falta de ejercicio físico o fumar pueden afectar el sistema digestivo y desencadenar dolencias inflamatorias, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, enfermedades que a menudo progresan hacia el cáncer colorrectal.
Sin embargo, los mecanismos precisos que vinculan la dieta, la inflamación y el cáncer colorrectal aún no se conocen bien. Para estudiarlos, Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del CNIO, se centró en mTORC1, un complejo de proteínas que funciona como sensor de nutrientes.
Los investigadores generaron diversos ratones modificados genéticamente para entender la función de este sensor en el organismo, y corroboraron los resultados con muestras humanas de inflamación intestinal (derivados de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) y cáncer colorrectal.
Los investigadores hallaron que si se inactiva mTORC1 en los ratones con enfermedad inflamatoria, el cáncer avanza. Por lo tanto, una dieta baja en proteínas puede ser una opción para prevenir el cáncer colorrectal en pacientes con una predisposición genética, mientras que una dieta rica en proteínas podría proteger a los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, concluyen.