El metabolismo de nuestro cuerpo tiene una trascendencia fundamental en nuestra composición corporal. Un metabolismo acelerado hace que nuestro cuerpo, por sí solo, queme más calorías. Es el motor que mantiene las funciones esenciales del cuerpo, como respirar, digerir alimentos y bombear sangre. Aunque no podemos controlarlo completamente, sí podemos apoyarlo con decisiones saludables. Y según los dietistas, el principal hábito que debemos abandonar para mejorar nuestra salud metabólica es el de no comer lo suficiente.
Por qué no comer lo suficiente afecta tu metabolismo
El metabolismo implica una serie de reacciones en el cuerpo que convierten los nutrientes en energía,. Cuando no consumes suficientes calorías, tu cuerpo carece de la energía necesaria para realizar estas funciones esenciales. “Piensa en tu cuerpo como un automóvil. Si no le pones suficiente gasolina, el coche se detendrá. Del mismo modo, tu cuerpo no puede funcionar con un tanque vacío”, dice la dietista Elizabeth Shaw.
Muchas personas caen en el hábito de no comer lo suficiente al intentar perder peso mediante dietas restrictivas, ejercicio excesivo o saltándose comidas. Aunque esto puede parecer una estrategia rápida para adelgazar, a largo plazo puede llevar a un metabolismo más lento y numerosos problemas de salud.
Consecuencias de no comer lo suficiente
Comer menos calorías de las que tu metabolismo necesita puede ser perjudicial. Con el tiempo, el cuerpo se adapta a este déficit energético reduciendo el gasto calórico, lo que puede provocar:
- Deficiencias nutricionales: Una dieta insuficiente puede privar al cuerpo de vitaminas y minerales esenciales.
- Sistema inmune debilitado: La falta de nutrientes afecta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.
- Mayor riesgo de enfermedades crónicas: Comer de manera irregular, como saltarse el desayuno un día y almorzar tarde otro, se asocia con mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
- Niveles altos de cortisol: Las restricciones calóricas aumentan el estrés en el cuerpo, afectando el sueño, la ansiedad y la capacidad de tomar decisiones alimenticias saludables.