Una isla de calor urbana es un área metropolitana cuya temperatura es mucho más cálida que las zonas rurales que la rodean. El calor lo genera la energía de todas las personas, edificaciones, asfalto, aceras, coches, autobuses y trenes de grandes ciudades . Las islas de calor urbanas tienen dos circunstancias en común: mucha actividad urbana y densidad de población.
¿Por qué se generan las islas de calor?
Las islas de calor urbano se deben a muchas razones. Cuando las temperaturas son altas, las casas, los comercios y los edificios industriales absorben ese calor durante el día y lo liberan lentamente cuando cae la noche. El "calor residual" también contribuye. Las personas, los coches y las fábricas, siempre están quemando energía.. La energía que queman las personas se escapa en forma de calor.
Las zonas urbanas están densamente pobladas, lo que significa que hay mucha gente en un espacio reducido. También están densamente construidas, con los edificios muy juntos. Cuando no hay más espacio para que una zona urbana se expanda, se construye hacia arriba, creando rascacielos. Toda esa densidad impide que el calor escape, además al ser grandes bloques el calor absorbido es mayor.
Un aumento de cinco grados en la noche
El calor queda por tanto atrapado en los niveles inferiores de la ciudad y hace que la temperatura por la noche siga siendo elevada. Se estima que este efecto hace que el mercurio suba entre cuatro y cinco grados durante las horas nocturnas. Un efecto que es agravado por los aires acondicionados. Multitud de fachadas están equipadas con las tomas de aire que cuando estos están en funcionamiento, desprenden gran cantidad de calor.
Las islas de calor urbanas hacen que haya una peor calidad del aire y del agua que en zonas rurales. Hay más contaminantes (productos de desecho de los vehículos, la industria y las personas) que se bombean al aire. El paisaje urbano impide que estos contaminantes se dispersen y sean menos tóxicos: edificios, carreteras, aceras y aparcamientos.
La calidad del agua también se ve afectada. Cuando el agua caliente de las islas de calor acaba fluyendo hacia los arroyos locales, estresa a las especies autóctonas que se han adaptado a la vida en un entorno acuático más frío.
La advertencia de los científicos
Debido a estos efectos negativos, los científicos afirman que los habitantes de las ciudades, los arquitectos y los diseñadores tienen que trabajar para reducir el impacto de las personas en las zonas urbanas. El uso de tejados verdes, es decir, techos de edificios cubiertos de plantas, ayuda a combatirlo. Las plantas absorben el dióxido de carbono, uno de los principales contaminantes. También reducen el calor de las zonas circundantes, por ese motivo habrás percibido que en las zonas verdes de las ciudades las temperaturas son más frescas que en los núcleos con edificaciones. Utilizar materiales de colores claros en los edificios también ayuda.