Conocidas por las trufas y dulces que realizan en sus conventos y el éxito de estas entre los grandes chefs, las monjas clarisas son noticia por un asunto bastante alejado de la gastronomía. La publicación de un manifiesto de 70 páginas en el que comunican su intención de abandonar la Iglesia Católica ha creado un cisma con la Santa Sede.
El origen de su salida de la Iglesia Católica
Sor Isabel de la Trinidad, madre superiora de las 16 religiosas que residen en los conventos de Belorado (Burgos) y de Orduña (Vizcaya), ha anunciado que se desvinculan de la Santa Sede para unirse a la conocida como "Pía Unión Sancti Pauli Apostoli".
“A partir de hoy, día de Nuestra Señora de Fátima del año 2024 nuestra comunidad, saliendo de la Iglesia Conciliar a la que pertenecía, pasa a formar parte de la Iglesia Católica bajo la tutela y jurisdicción de Su Ilustrísima Reverendísima Dr. Don Pablo de Rojas Sánchez-Franco, Obispo legítimo de la Santa Iglesia Católica”, anuncian las religiosas en el texto en el que también reconocen como último pontífice válido a Pio XII y acusa a los papas posteriores de herejía.
El grupo al que hacen referencia fue fundado en el año 2005 por Sánchez-Franco, excomulgado en 2019 por el entonces obispo de Bilbao y actual arzobispo de Burgos, Mario Iceta.
El llamado obispo es seguidor de las doctrinas de un prelado vietnamita que está conectado directamente con la secta de El Palmar de Troya.
El origen de su decisión es la "persecución" que, según denuncian, sufren por parte de superiores, pastores, hermanas y sacerdotes como ejemplifica, según su comunicado, la decisión de Roma de "bloquear" su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío en Derio, en Vizcaya, para poder así hacer frente a la compra del monasterio de Orduña, perteneciente a la Diócesis de Vitoria y con la que tenían un acuerdo de compraventa.
Al no obtener el permiso para vender el monasterio de Derio, plantearon como alternativa que un comprador ajeno a la orden abonara el millón de euros que queda pendiente para la compra del monasterio de Orduña, para que, cuando ellas pudieran devolver ese dinero, el benefactor transfiriera el convento a las Clarisas.
Sin embargo, la operación no se llegó a cerrar ante las dudas de la Diócesis sobre la identidad del comprador interpuesto, lo que motivó la rescisión del acuerdo de compraventa por parte de la Diócesis de Vitoria.
Desde la comunidad de Belorado se pidió entonces una indemnización de 1,6 millones de euros por supuestas obras realizadas, una reclamación que está actualmente en los tribunales.
En el comunicado, las clarisas de Belorado sostienen que las propiedades deben ser "muy golosas" para algunos, porque son el telón de fondo de artimañas que aseguran que han sufrido en los últimos años, que califican de ‘modus operandi’ para desmontar comunidades "de línea tradicional" y quedarse con sus inmuebles para venderlos.
La respuesta del arzobispo de Burgos
Por su parte, monseñor Iceta ha pedido a los fieles que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico en los monasterios de Santa Clara de Belorado y Orduña y ha advertido de que si las religiosas confirman su decisión de abandonar la disciplina de la Iglesia podrían ser acusadas de un delito de cisma que podría ser sancionado con la excomunión.
“Nunca han manifestado ninguna disconformidad, más bien, en las últimas comunicaciones con el delegado episcopal para la vida consagrada, las monjas manifiestan sentirse contentas y agradecidas”, ha indicado el arzobispo, el cual ha iniciado una investigación e informado tanto a la Santa Sede como al Nuncio y a la Conferencia Episcopal. “Se procederá según las indicaciones de la Santa Sede”, recalcó.