La pandemia ha cambiado mucho nuestra forma de ver la salud mental. Hasta hace poco se llevaba de manera discreta acudir a profesionales como el psicólogo o el psiquiatra, pero hoy en día se están derribando poco a poco tabúes respecto a la asistencia a terapia. Estos problemas afectan a todas las edades desde la adolescencia, y han aumentado desde el confinamiento. Se estima que cuatro millones de personas sufren depresión en España y el seis por ciento de la población sufre ansiedad.
Hoy en día se acude a terapia por diferentes problemas como dificultades para relacionarse, preocupaciones, problemas de autoestima, ataques de pánico, estrés, desmotivación o tristeza. Me comenta Santiago Cid, Director del Centro de Psicología Santiago Cid, en su paso por ¿Qué me pasa doctor?, que uno de los más frecuentes en la ansiedad. Se trata de una respuesta automática que se produce cuando nuestro cerebro percibe un peligro. Esta reacción tiene como finalidad prevenir situaciones peligrosas o dolorosas. Sin embargo, a veces esta capacidad no funciona bien, y se producen falsas alarmas ante estímulos inofensivos. Esto es lo que podríamos calificar como trastornos de ansiedad.
Los síntomas psicológicos, con frecuencia suelen ir acompañados de otros fisiológicos como sudoración, palpitaciones, taquicardias, mareos o alteraciones de sueño. En nuestro país, los problemas de ansiedad se han convertido en el problema de salud mental más frecuente. Los más habituales son la fobia social, hipocondría, trastorno de pánico o la agorafobia, entre otros. Y cuando la ansiedad comienza a condicionar la vida, es el momento de solicitar la atención de un especialista para aprender nuevas estrategias para evaluar y afrontar las situaciones que generan ansiedad de manera adaptativa y que el problema no se cronifique. Terapias como la cognitivo conductual ha mostrado grandes beneficios, que se puede complementar con ejercicios de mindfulness. Es lo que hay. Seguro.