Mantener el peso ideal es un factor clave para gozar de buena salud y bienestar. Sin embargo, durante los meses previos a la temporada estival son muchas las personas que se lanzan a seguir dietas muy restrictivas con el objetivo de reducir de manera drástica su peso. Y es que, tras estas dietas, se pueden producir carencias nutricionales severas que pueden perjudicar a la salud.
Tal y como señala la Dra. Marta López Tomás, E-Health Medical Manager de Cigna España, “seguir las mal llamadas dietas ‘milagro’ es una práctica que no solo es perjudicial para la salud, sino que también puede producir un efecto rebote: acabar con más kilos que con los que se empezó la dieta”. Por eso, “para perder peso no existen milagros: la única forma saludable y duradera de hacerlo es de manera paulatina, bajo supervisión de un especialista médico o nutricionista, y combinándolo con ejercicio”.
En este sentido, “si queremos sentirnos a gusto con nuestro peso, el camino a seguir será mantener unos hábitos de vida saludables durante todo el año, cuidando de nuestra salud física y mental a largo plazo, subraya la Dra. López Tomás.
Según el último estudio de la aseguradora de salud Cigna, 360º Wellbeing Survey, actualmente el 35% de los españoles reconoce que su peso se sitúa en los niveles óptimos. Sin embargo, tal y como reflejan los datos, únicamente el 37% de los españoles afirma seguir a rajatabla una dieta equilibrada y saludable, entendiendo esta como aquella que aporta toda la energía y los nutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo del organismo.
En lo que respecta al ejercicio, solo el 38% testifica hacerlo de forma regular. Una cifra que nos diferencia de países como Alemania, Francia o Reino Unido, con un 24%, 27% y 29%, respectivamente.
Según los expertos, a la hora cuidar el peso, no solo es importante contar con un plan de nutrición adecuado y hacer ejercicio de forma regular: también es importante descansar bien y saber cómo manejar adecuadamente los niveles de estrés. Cuando no existe un descanso adecuado, se afecta nuestro sistema hormonal y esto se traduce en un mayor apetito y una bajada de energía considerable. Si duermes menos, al día siguiente comes más.