El Banco de Alimentos se encarga de algo tan esencial como dar de comer a los que más lo necesitan. Sin embargo, para lograr su cometido necesita el favor de terceros y, afortunadamente, son muchas personas y colectivos los que colaboran en ese auxilio. Por ejemplo, la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias lo viene haciendo desde hace una década. Esta relación comenzaba en 2013 y desde entonces, toneladas de plátanos de canarias han sido entregados en lo que llevamos de año.
Más de dos millones de kilos de platanos se envían a la península desde las islas. No obstante, este transporte es costoso de asumir para la Federación de Bancos de Alimentos, por lo que gracias a un fondo económico solidario creado por los productores, la distribución de plátanos canarios es posible: "Son pequeños productores que tienen el compromiso de devolver esa simpatía y esa confianza que la sociedad siempre ha demostrado hacia este sector. El esfuerzo solidario siempre está presente dentro del sector de productores", dice José Manuel Marco, responsable de Relaciones Externas del Banco de Alimentos.
Pobreza alimentaria en España
Se estima que en España, más de seis millones de personas sufren pobreza alimentaria, eso es que más del 13% de los hogares y dos millones y medio de familias que no tienen una dieta óptima: "Si no fueran por estas entidades, seguramente no tomarían nada de productos frescos, como por ejemplo, frutas", añade Marco.
Y entre esa fruta que se dona está el plátano de Canarias que tiene un alto valor nutricional como refiere Antonio, de la ONG 'Olvidados': "De alguna manera también el tipo de alimentos que se dona hace que lleven una alimentación más equilibrada. De lo contrario, irían a lo barato, a la comida prefabricada, de mala calidad, o directamente a los contenedores".
Asimismo, se estima que cada español tira a la basura 28 kilos de comida al año, según datos del Ministerio de Agricultura en el año 2021. Ese desperdicio son, especialmente, carnes congeladas y legumbres.
Una ayuda que va desde residencias de mayores a fundaciones
Antonio, y esos pequeños productores canarios que contribuyen con sus donaciones, son una parte esencial de la cadena solidaria que finaliza en la mesa de miles de hogares sin recursos y residencias de mayores, como las Hermanitas de los Pobres, que entregan todo lo recogido a la Iglesia. Esta aydua también llega la Fundación San Martín de Porres, en la que colabora José Domingo, un voluntario que reconoce qué es lo que posibilita que los más vulnerables coman cada día: "Gente generosa que está ayudando a gente que no tiene nada".
Y es que de lo contrario, sería un estallido social lo que estaríamos contando y viviendo. Gracias a Plátano De Canarias, Banco de Alimentos y los agricultores voluntarios, el mundo es un lugar mejor.