Hay personas que desde niños tienen claro a qué quieren dedicarse, pero otras muchas, la mayoría, se ven obligados a tomar decisiones a edades muy tempranas. ¿Bachillerato o formación profesional? ¿Ciencias o Letras? Después vendrá la gran decisión ¿A qué dedicarse el resto de la vida? Hay quienes optan por estudiar lo mismo que su familia o quienes se dejan llevar por la influencia de los amigos. Pero lo que nos inculcan o lo que elegimos siendo adolescentes no siempre es el mejor camino.
¿Te dedicas a lo que esperaban tus padres o a lo que te ha dado la gana?
Algunos, guiados por su vocación, deciden cambiar su destino. Es lo que les ha ocurrido a nuestros invitados en Por Fin no es lunes.
Lluis Capdevilla estudió derecho para no contravenir los deseos familiares. Se licenció, hizo un master y consiguió un trabajo. Cuando ya parecía que tenía su vida hecha decidió cambiar su camino y dedicarse a su verdadera vocación, la música. Hoy es un pianista consagrado que igual toca entre botellas de vino que en un club de jazz en un reducto medieval. Tenía seis años cuando en el recreo del colegio un compañero le enseñó un pequeño teclado y descubrió que podía articular melodías.
No se puede vivir de la música es la mentira más grande que me han dicho
Martín Bouzas decidió aparcar su futuro brillante en el ciclismo para ser cartero, al igual que su madre y su abuela. Ahora se encuentra preparándose las oposiciones. Pero llegó al ciclismo por medio de sus dos hermanos que fueron deportistas. Ellos se dedicaron al atletismo y él siempre fue la oveja negra de la familia. Empezó a competir con 17 años y al segundo año ya se convirtió en campeón nacional juvenil y dijo por qué no probar con esto. Dejó los estudios y llegó a profesionales. Pero algo cambiaría pronto.
Siendo un niño siempre estaba encima de la bicicleta
Acompáñanos en Por fin no es lunes para escuchar historias como las de Lluis o Martín, vocaciones inesperadas, "iba para... y acabé en...". Estos y otros muchos testimonios, como cada fin de semana, acercándonos a historias personales de gente como nosotros. En Por fin no es lunes nos gusta estar cerquita de las personas, que son las que nos interesan.