Marbella Alfonso Olaso

Llegó a haber 31. Fueron una de las creaciones del GIL, justificadas en su origen para el funcionamiento municipal, pero usadas luego para lo que todos ustedes se saben de memoria; lo del ‘Ayuntamiento paralelo’. Eran -y son, porque aún quedan- las sociedades o empresas municipales. En 2007 empezaron a desaparecer. Sobreviven la del Palacio de Congresos, la del Puerto Deportivo y la de Radio Televisión Marbella. Este trío era hasta la semana pasada un cuarteto, que completaba Transportes Locales, en fase de liquidación desde 2013. El Consistorio inició el proceso, con la firma de la escritura de cesión global de activos y pasivos, que es como se dice, para que la empresa desaparezca de facto y subrogar a sus empleados, los conductores de los autobuses. La medida conllevará, cuando finalice su trámite, poder por fin mejorar los vehículos, esos con los que el Ayuntamiento ofrece el transporte escolar y universitario, y el servicio en general.

Habían sido tranquilos los plenos del Ayuntamiento de Marbella los últimos cinco meses. Demasiado tiempo quizá mirando el histórico de los últimos años; o del último lustro. Lo que no había ocurrido en los tiempos recientes es que se hubiera tenido que suspender durante una hora. Era eso o desalojarlo directamente. Y se optó por lo primero. La raíz de la polémica estuvo ayer en el primer punto, que se refería al complemento de productividad. Los sindicatos lo tomaron de una forma. La oposición también. Argüían que se trataba de establecer de qué manera asignar ese plus a cada trabajador. Y que se estaba aprobando de forma unánime; sin haber llegado a un acuerdo. El Ejecutivo explicó que se trataba de una corrección que había que hacer y que no iba más allá, que seguirían negociando sobre el método. Reunidas las partes después durante la interrupción de la sesión, parece que ambas se entendieron, emplazándose a seguir hablando. Eso sí, la alcaldesa ya advirtió que había una línea roja: las productividades no serán lineales, o sea, lo mismo para todos, porque vulnera precisamente, el espíritu del complemento

Dos informes publicados en los últimos días vuelven a poner en evidencia esa dualidad que tantas veces caracteriza a Marbella, esa paradoja de estar al alcance de los bolsillos más pudientes al mismo tiempo que adolecer de infraestructuras en condiciones. Y no nos referimos, en esta ocasión, de la carencia de centros educativos y sanitarios. El debe del que les hablaremos hoy está en el campo de las carreteras; de los túneles de sus carreteras, para ser exactos. Aparecen en el listado, elaborado por el Ministerio de Fomento, de los más inseguros del país; curiosamente, otra paradoja añadida, en las autopistas, cuando éstas vías se caracterizan, sobre el papel, por todo lo contrario. La ciudad está además a la cabeza, y vamos ahora con la parte positiva de esa ‘bipolaridad’ si me permiten el término, de las localidades lujosas, de los municipios en los que más casas de ‘alto standing’ se venden. Surge ahora la pregunta: ¿Compensa una a la otra? Seguro que la respuesta de la mayoría coincide: No. Porque si importante, volviendo a los protagonistas habituales por estos lares, son la educación y la sanidad, más aún es la seguridad. Así que habrá que ponerle remedio. O exigir a los que sean los responsables que lo hagan.