Marbella Alfonso Olaso

El autobús público en Marbella es sinónimo de Portillo, que ahora, ya lo saben, se llama Avanzabus. Tanto es así que los vecinos cogen directamente ‘El Portillo’ y no ‘el autobús’. No es de extrañar, tras más de 40 años gestionando, explotando que se dice, el servicio de transporte urbano en el municipio. El nombre tradicional de esta empresa se asocia también, irremediablemente, casi de manera inconsciente, a un mal servicio; retrasos, autobuses antiguos, que se estropean habitualmente, pocas líneas, poca cobertura, etcétera. Su mejora, la necesidad de que Marbella tenga unos autobuses en condiciones, ha sido una de las protagonistas en los programas electorales de unos y otros. Hablamos en pasado con la esperanza de que no sea necesario incluirla de aquí a unos años vista, al menos, vamos a mirar a muy corto plazo, de cara a las municipales siguientes. Y ese nuevo camino empezará de entre las tres empresas que, les adelantamos hoy, se han presentado para hacerse con la nueva concesión municipal, de diez años. Una de ellas es la propia Avanza, el Portillo de toda la vida, como decíamos.

57 días ha permanecido cerrado el teatro Ciudad de Marbella. Fue una de las víctimas del temporal, de la fuerte tromba de agua caída en la madrugada del 10 de octubre. La lluvia arrasó un muro de la cubierta del recinto cultural. Fue lo primero en arreglarse. Después vino lo gordo: restaurar el techo. Fue lo más costoso, temporal y económicamente hablando: hubo que quitar los asientos del patio de butacas e instalar un andamio que llegara hasta arriba. Además, el vinilo de la techumbre tardó en encontrarse, en traerse y en colocarse. Al final, 60.400 euros en total en arreglos. La parte buena de la historia está en que el teatro ya está listo. El viernes abre sus puertas de nuevo. Las malas -por lo menos dos- son las representaciones que se han perdido, aunque el Ayuntamiento, la directora general de Cultura, Carmen Díaz, está tratando de encontrar hueco a alguna de ellas, las que más expectativas habían generado. Y también, quizá aún más importante, es la que subyace: a Marbella le hace falta otro espacio escénico. Por lo menos, uno más.

No ha habido sorpresas. La nueva ordenanza municipal que regulará todo lo relacionado con los autobuses urbanos marbellíes no ha recibido sugerencia alguna durante la primera exposición pública del documento. Abrimos paréntesis: es la primera porque una modificación legal obliga ahora a publicar en la web municipal la normativa en cuestión antes de que se apruebe inicialmente; periodo de sugerencias, se llama. Después, una vez pase por Pleno, se abrirá lo que se conoce como periodo de alegaciones; el de toda la vida y les sonará más. Cerramos paréntesis. Decíamos que no había habido sorpresas porque a simple vista y sobre el papel, la nueva ordenanza contempla mejoras en todos los aspectos, sobre todo para los usuarios, claro, que son los que las necesitan, ciertamente, después de años padeciendo las, vamos a llamarlas, carencias de los autobuses, y reclamando mejoras. Más aún: el artículo estrella del documento, ya lo contamos, es que para los empadronados en Marbella, el servicio será gratis los dos primeros años, prorrogables bianualmente. ¿Por qué así? Porque el Ayuntamiento quiere evitar la picaresca y que alguien, poniendo el ejemplo más extremo, se empadrone un día, solicite la tarjeta con la que se podrá subir gratis al autobús, y se desempadrone al siguiente.