Marbella Alfonso Olaso

Tras unos días sin ellos, vuelven los balances de gestión sobre el primer año tras la moción de censura en el Ayuntamiento marbellí. Ya advertimos que se prolongarían en el tiempo, porque eran muchos. Ayer fue la Delegación de Obras la que expuso sus logros y también sus propósitos. Empezó su intervención el responsable del área, Javier García, reconociendo el trabajo, sobre todo, del personal de la Delegación. Llama la atención porque ha sido -veremos si lo sigue siendo en los que quedan por delante- un común denominador en los informes hechos en otros departamentos. No se puede asegurar, pero parece una consigna. Quizá motivada por un intento de erradicar esa idea, algo arcaica, de que de la clase obrera sólo se preocupan unos y no los otros. Y otra reflexión más: el área es tan amplia, tan transversal, que en su balance se resaltan asuntos con los que ya han sacado pecho otras delegaciones. Cuentan como uno ¡eh! No los vayan a sumar.

Fue uno de los asuntos estrella al término del anterior mandato. Originó de hecho acusaciones de ida y vuelta entre, sobre todo, los que ahora son socios de Gobierno. El nuevo tanatorio de San Pedro Alcántara saltaba a las cabeceras de los informativos y diarios por denuncias varias; de vecinos y de partidos. Una de ellas aún colea y puede verse. Hace catorce meses que la famosa pasarela de la entrada habilitada en la parte de abajo del cementerio está cerrada. Se clausuró porque no tenía licencia de apertura. Cuando el Ayuntamiento le concedió ese permiso a la concesionaria, la plataforma en cuestión no estaba incluida en el expediente. Ahora, tras una modificación hecha, volverá a estar operativa; en pocos días, aunque sin fecha exacta todavía. Según explican en la Tenencia de Alcaldía, la pasarela volverá a dar servicio por esa entrada, al considerarse que no es la principal. Ésta ha sido la argumentación técnica para solventar un escollo que por otra parte, está impidiendo, todavía y hasta que no se abra, que se ejecuten unas obras de acondicionamiento en calle Buganvilla, la única vía, actual, de acceso al tanatorio, si uno no quiere tener que atravesar todo el camposanto sampedreño para llegar a él.

Los desencuentros entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Marbella se multiplican. Ayer apostábamos, a esta hora, por uno con el que íbamos a empezar la semana, pero con el paso de la mañana, se unió un segundo. Empecemos, por seguir con el que explicábamos aquí, con las aulas prefabricadas del instituto Vega del Mar. La contestación de la Delegación Provincial de Educación de que “no son necesarias” produjeron la reacción obvia en, este caso, Opción Sampedreña. Su secretaria general, Gema Midón, que desempeña el cargo además de directora general de Cultura en la localidad, mostraba su incredulidad al respecto. Repetía que los alumnos, literalmente, no caben en ese centro y que, a corto plazo, la única solución es habilitar los barracones. En defensa de la Junta de Andalucía salía ayer el presidente del PSOE marbellí y ex alcalde, José Bernal, quien dio una larga cambiada para culpabilizar a OSP de que el nuevo instituto proyectado en la localidad, no esté hecho. Segundo tema; éste a raíz de una noticia publicada por diario ‘Sur’. La Junta rechaza destinar las antiguas dependencias de Urbanismo a un centro de salud, como había propuesto el Ayuntamiento en Pleno y por unanimidad. En el Ejecutivo, su portavoz, Félix Romero, lamentaba que ya ni siquiera con el apoyo del propio PSOE, el Gobierno autonómico invierte en Marbella. Sobre este asunto, el delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, explicó ayer en una visita a la ciudad que, simplemente, lo que pide el Ayuntamiento, no se puede hacer.