Marbella Alfonso Olaso

Los marbellíes decidirán en qué invertir el dinero que la corrupción le robó a la ciudad durante los años del GIL y que el Ayuntamiento ha empezado a recuperar gracias a esa modificación incluida en los Presupuestos Generales del Estado. A los 12 millones de euros que le entregó la Audiencia Provincial de Málaga por el caso ‘Malaya’ hace unos meses, se han sumado ahora algo más de dos millones procedentes de los casos ‘Saqueo 1’ y ‘Saqueo 2’ que juzgó la Audiencia Nacional. Así pues, el Consistorio tiene cerca de 15 millones ‘extras’ para invertir. Para que se hagan una idea, es el dinero con el que suele contar el municipio para hacer inversiones en cada ejercicio. O sea, que con sólo esa cantidad, sin tener en cuenta otras que seguirán llegando, y si se invirtiera toda en un solo año, habría el doble de dinero que en condiciones normales. ¿En qué emplearlo, ya sea de golpe o paulatinamente? Pues en lo que decidan los marbellíes y el público en general, según el compromiso adquirido por el Ejecutivo local que, de momento, va a plantear una encuesta, en la que se podrán elegir hasta tres opciones de un listado de unas 20 obras de esas que se consideran imprescindibles o necesarias. No será vinculante, aclaran, pero se tendrá muy en cuenta, que para eso se hace. Después, habrá otros procedimientos de participación, ha dicho el equipo de Gobierno.

Llegan por fin los cursos de formación organizados por el Ayuntamiento, sobre todo, para que las pequeñas empresas tradicionales, esos negocios de toda la vida, aprendan a adaptarse a los nuevos tiempos, a digitalizarse, a emplear bien las nuevas tecnologías para obtener mejores beneficios. Son esos talleres que se anunciaron en septiembre pasado y que iban a ser fruto de un convenio firmado con la fundación Incyde. La apuesta inicial, que sigue siendo la idea del Ejecutivo, eran 10 millones de euros, financiados al 80 por ciento por esta institución creada en 1999 a iniciativa de las cámaras de comercio, para emplearlos durante tres años. De momento, se invierten 400.000 para cuatro en lo que queda de 2018 y otros cuatro a principios de 2019. Se van a tomar como si de un proyecto piloto se tratara. Explica el responsable municipal, Cristóbal Garre, que dada la altura del año en la que estamos, es mejor probar con una pequeña cantidad, a ver cómo resulta, que invertir de un tirón todo el dinero, y que luego la cosa no funcione. Y ojo que en este caso, a la lentitud habitual de la administración pública, le ha ganado la de Incyde; los cursos empiezan ahora, porque la fundación no había aprobado sus presupuestos hasta hace muy poco. Por una vez, la culpa, si de ella hay que hablar, no es de los habituales trámites administrativos.

Hace un poco más de dos semanas, la Tenencia de Alcaldía de San Pedro Alcántara anunció que las obras del nuevo centro de salud de la localidad comenzarían al inicio de ésta. Ya entonces comentamos que el necesitado ambulatorio parecía haberse envuelto, durante todos los años de su retraso, de un mal fario del que no lograba desprenderse y que uno de esos asuntos colaterales de cualquier obra, iba a generar una polémica más en torno a él. Dijimos entonces que los vecinos de la parcela escogida para trasladar temporalmente los barracones de las consultas estaban molestos. Pero no han sido ellos los que han levantado la liebre, sino el propio distrito sanitario Costa del Sol. Anunció el viernes, por boca de la delegada provincial de Salud, Ana Isabel González, que el terreno no es del propietario que lo cedió al Ayuntamiento y responsabilizó a la Tenencia de lo que era un nuevo retraso en el comienzo de los trabajos. Ahora, los dos concejales de Opción Sampedreña se defienden. Explican Rafael Piña y Manuel Osorio que primero, no tenían ni que haber intervenido y que lo hicieron para agilizar y facilitar la labor a la Junta de Andalucía, que es, segundo punto, la que debió cumplimentar los trámites. Tercero: la cesión del terreno en cuestión fue a la administración autonómica y no al Consistorio. En cualquier caso esta será la última vez que se pronuncien al respecto. Que nos llamen lo que quieran, pero que hagan el ambulatorio, concluyó con mucha rotundidad Osorio.