Marbella Alfonso Olaso

Las delegaciones municipales de Transportes y Seguridad Ciudadana están poniendo especial empeño en cuidar a los taxistas de Marbella. Porque es su obligación, por supuesto. Pero también por la que se les viene encima este verano, en julio y agosto sobre todo. El desembarco de las plataformas de VTC y los malos ojos con los que los taxistas las miran -con o sin razón- empiezan a dibujar un escenario en el que los agentes de la Policía Local van a tener trabajo extra. El Ayuntamiento lo quiere evitar, lo va a intentar. Lleva repitiendo las últimas dos semanas una y otra vez el mismo mensaje: el taxi es el medio de transporte por excelencia en Marbella, sobre todo, durante el verano. Los taxistas son los primeros embajadores de la ciudad, porque sus caras son las que muchos turistas ven nada más llegar y también las que ven justo antes de irse. Más gasolina: está repartiendo ya por todo el municipio carteles con el lema ‘Usa taxi legal’. Habrá zonas en las que esos coches precontratados, los VTC, no podrán recoger a sus clientes. Es una recomendación hecha a todos los niveles: nacional, autonómico y local, según explican en el Consistorio. La norma no tendrá excepciones.

El Ayuntamiento de Marbella hace un segundo intento por meterle el pico y la pala a un asunto que, si bien no tiene un hormigón muy armado, sí se resiste año tras año, sobre todo porque el material del que está hecho es complejo. Ha aprobado una interpretación de la norma que le va a permitir, según parece, actuar en las urbanizaciones, estén o no recepcionadas. Podrá arreglar las aceras, el pavimento y los viales. Hace ya casi cuatro años lo planteó, aunque de una manera más ambiciosa; el anuncio hecho entonces fue el de recepcionar directamente esas comunidades de propietarios que se encuentran en una especie de limbo administrativo, porque son de titularidad privada, pero de uso público; o sea, esas urbanizaciones en las que cualquiera puede entrar circular o caminar por ellas; esas que no están cerradas con seguridad, garita de entrada y demás; aunque seguro que habría mucho que de lo que hablar incluso en éstas últimas. El cambio de Gobierno con las elecciones municipales de 2015 o igual que el proyecto en sí era demasiado ambicioso, paralizó ese proceso, programado a tres años vista entonces. Ahora el Ayuntamiento, como decíamos, lo retoma. Aunque seguirá teniendo un problema de base: la variada y numerosa tipología de estas comunidades que hay en el municipio. Todas son unas 800. Pero saber en qué situación está cada una ya es otra cosa. Casi imposible, visto lo visto, de momento.

Miguel Cano, Peñuelas, Independencia, Santo Domingo, parte de Fuentenueva y Huerta Chica. Son las calles y las avenidas que se han remodelado en los últimos cinco años a cuenta de Hidralia, la concesionaria del agua en Marbella, fruto a su vez del contrato firmado en 2013 con el Ayuntamiento que le obliga a invertir -mejor este verbo que gastar- un millón de euros cada 365 días. Estas actuaciones, y las que se van a ejecutar en adelante -ahora contaremos las más cercanas- no son sólo limpiar tuberías y conducciones, como pudiera parecer. Ya que se levanta la calle, como se suele decir, se aprovecha y se modernizan. Porque ambas deficiencias coinciden casi siempre; si hay problemas con el saneamiento, si van por el mismo sitio las aguas fecales de las pluviales, el resto, el pavimento, las aceras, las comunicaciones o la luz, no están mucho mejor. En lo que queda de año, el destino de gran parte del millón de euros serán dos calles de la barriada de Los Catalanes, en San Pedro Alcántara, la zona, según los estudios hechos por la empresa, más necesitada de la localidad. A medio plazo, otra parte de Fuentenueva, avenida Constitución, la rotonda ‘de los barcos’, calle Guadalquivir y la parte del bulevar Alfonso de Hohenlohe junto al hotel Puente Romano, como les avanzó Onda Cero hace meses, serán las beneficiadas. Las obras de las dos últimas podrían iniciarse incluso a final de año.