Marbella Alfonso Olaso

Los vecinos de Marbella consumen agua de manera responsable. Están dentro de los límites establecidos por la ONU conforme a las necesidades que conlleva el cambio climático y que sitúa en los 220 litros al día por persona. Son los mejores datos de toda la comunidad autónoma, según la información facilitada por una consultoría que ha diseñado una campaña para el uso responsable del líquido elemento impulsada por la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. Ese lugar destacado que ocupa la localidad y todas las del litoral en conjunto, se lo deben precisamente a la administración supramunicipal que allá por 1990 empezó a propiciar que los campos de golf usaran agua reciclada o regenerada para regar sus extensas instalaciones. El primero fue el de Montemayor, en Benahavís, que recogía el agua de la depuradora de Guadalmansa, ubicada en Estepona. Esa medida, supuso, al sumarse poco a poco el resto de campos, que los habitantes de todo el litoral aparezcan ahora como los más concienciados de Andalucía en el consumo de agua potable, al no contabilizarse en los registros esa agua regenerada empleada por los clubes de golf. Y es que, según la consultoría, los campos de la Costa del Sol siguen siendo los únicos de la región que emplean ese método de riego.

Llegó ‘el día de la marmota’ a Marbella. Se esperaba sí o sí. Un verano más, las administraciones públicas, Costas en este caso, vuelven a poner arena en las playas del municipio, lo que es sinónimo de tirar el dinero, porque en cuanto el mar se agita, se la lleva, sobre todo, si sopla de Levante, según explican los expertos. Hemos perdido la cuenta de los años y de los euros, pasados y gastados. Y con el mismo día vuelven a la mente de todos los espigones. La ex ministra Isabel García Tejerina aseguró poco antes del cambio de Gobierno en Madrid, que los de San Pedro empezarían a construirse o a final de 2018 o a principio de 2019. Para eso, tenía que aprobarse el Presupuesto General del Estado, que sigue a la espera. Pero no quedan ahí las incidencias en el litoral. Ayer se conoció que en un solo día se habían recogido de las aguas de la Costa del Sol, de Benalmádena en concreto, tres toneladas de medusas. Para que se hagan una idea, es más del triple de las que se quitaron de las aguas de la zona en todo el año pasado. Afortunadamente, no todo lo que tiene que ver con el mar es negativo; la Consejería de Salud de la Junta ha comprobado, tomando 98 muestras en toda la provincia, que la calidad del agua es la “adecuada”.

El mercado inmobiliario de Marbella sigue recuperándose. Su situación ha sido peculiar. Una vez terminada la crisis del sector, le empezó a azotar el vendaval que produjo la anulación del PGOU de 2010, con lo que ha ido a rebufo del resto del país. Pero parece que la aprobación de las normas urbanísticas y el texto refundido del Plan del 86 empiezan a notarse, aún a la espera de tener lista la tercera herramienta urbanística con la que se manejará el Ayuntamiento; la adaptación a la LOUA. Las ventas en el primer trimestre de 2018 son notablemente superiores a las contabilizadas en el mismo periodo de 2017. El periodo medio en la tramitación de las licencias también se va reduciendo. Queda sin embargo un pero; que se vendan viviendas de nueva construcción, porque de momento, el 97 por ciento de las transacciones se refiere a inmuebles de segunda mano. Habría que hacer no obstante una matización, derivada precisamente de la situación particular de Marbella: como es ahora cuando se empieza a construir de nuevo, muchos están comprando sobre plano. Y estas operaciones no se contabilizan hasta el momento de escriturar. O sea, que en realidad, son más de las que figuran oficialmente.