Marbella Alfonso Olaso

El Ayuntamiento de Marbella sigue buscando, y encontrando en este caso, fórmulas temporales que le permitan mantener la actividad económica creciente actual, mientras se termina de consolidar el nuevo escenario urbanístico, con la referencia del PGOU del 86, y a la espera, a más largo plazo, de que haya un futuro plan. La anulación del documento de 2010 también supuso un duro revés de cara a la proliferación de negocios, comercios, tiendas, locales de todo tipo en definitiva. El actual Ejecutivo se encontró al llegar al Gobierno en agosto pasado, unas 2.000 licencias de apertura bloqueadas. Asegura que ahora hay entre 1.500 y 1.600. El descenso es cuantioso, pero desde un punto de vista puramente numérico. Porque para los que aún esperan, para ese millar y medio de permisos, la herida sigue haciendo el mismo daño. Así que el Consistorio, con el visto bueno de los servicios jurídicos, ha habilitado una receta que merme el dolor: las licencias provisionales de apertura. Para acceder a ellas, hay que cumplir ciertos requisitos, claro. Se los contamos ahora.

Ha tardado más de lo previsto, pero ya está listo para inaugurarse y abrirse al público. Las obras del bulevar de Arroyo Primero, que se llamará Pablo Ráez, están a punto de terminar, con las miras puestas en este junio, según anunció en estos micrófonos la alcaldesa hace unos días. Verá la luz así un proyecto ideado por el PP al término de su segundo mandato, que luego continuó el tripartito y que ahora han retomado de nuevo los populares ya junto a Opción Sampedreña en el gobierno. Ha tardado, decíamos, porque estuvo parado por una cuestión técnica que desembocó además en la pérdida de una parte de la subvención de Diputación Provincial, la administración que lo ha costeado íntegramente. Pero mirando hacia adelante, Marbella tendrá, el centro urbano de Marbella disfrutará, de su propio bulevar, luego de que San Pedro Alcántara lo lleve haciendo varios años, desde diciembre de 2014 para ser exactos. En la localidad sampedreña supuso un impulso importante para su modernización, haciendo de puente entre el norte y el más moderno urbanizado sur. En Marbella, debería ser un paso más en la inclusión de una zona tradicionalmente carente de espacios lúdico-sociales.

Los problemas que origina el alquiler de apartamentos turísticos no tienen solución. Y si la tienen, es demasiado drástica y complicada como para emplearla. Así de tajante se muestra el presidente de los urbanizadores andaluces, Ricardo Arranz, al preguntarle por, posiblemente, la mayor preocupación que tienen ahora mismo tanto los profesionales del Turismo de la Costa del Sol, como los propios municipios, con Marbella a la cabeza, que tienen que hacer frente a conductas sobrevenidas por el auge de esta manera de alojarse en destinos como el nuestro. El experto en turismo residencial profundiza aún más en el asunto; asegura que da lo mismo que el apartamento esté regulado o no, que sea lega o no, porque en el momento en el que se formaliza el alquiler, no hay mecanismo de control alguno sobre sus huéspedes. Pone el ejemplo de lo que sucede, por ejemplo, en Nueva York; en la ‘Gran Manzana’ no se puede ni alquilar ni vender una vivienda sin que la comunidad de propietarios dé el visto bueno al inquilino o nuevo propietario. Pero, claro, imagínense tener que hacer eso cada vez que un turista quiera alquilar un piso para pasar tres o cuatro días de sus vacaciones. ¿Cuántos puede haber solo entre julio y agosto en Marbella?