Marbella Alfonso Olaso

El equipo de Gobierno marbellí mostró ayer públicamente el gran malestar, enfado e indignación que tiene con el PSOE después de las declaraciones de su líder José Bernal. El socialista aseguró que el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta de Andalucía había anulado definitivamente el concurso del Ayuntamiento para adjudicar el suministro eléctrico del municipio, que su formación había denunciado. Añadió que el asunto lo investigaría la Fiscalía Anticorrupción por tener similitudes con el caso ‘Púnica’. Al quite salió el delegado de Obras, Javier García, quien, repartiendo previamente la resolución del tribunal, acusó de mentir a Bernal. Porque el Tribunal tiene, como su nombre indica, un carácter únicamente administrativo y mezclar su decisión con la ‘Púnica’ no es de recibo; y porque lejos de anular el concurso público, indica al Ejecutivo que puede subsanar las dos alegaciones que ha estimado de las nueve que presentaron los socialistas y después sacarlo a licitación de nuevo. Y he aquí el problema. Una vez leído, el documento da lugar a equívoco en alguna de sus conclusiones: anula los pliegos pero pudiendo convocarse una nueva licitación y permite en caso de no estimarse el propósito de la alegación, subsanar las deficiencias detalladas. Una ambigüedad, suponemos, casual.

Como les anunció Onda Cero hace unas semanas, llegó la cuarta visita de un ministro a Marbella en lo que va de año. La de ayer fue ministra en concreto; la de Pesca, Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. Es evidente que el Gobierno central quiere mostrar su apoyo al municipio. Más obvio aún es que lo importante es que lo haga; o sea, que invierta lo comprometido que deriva de lo necesitado. De García Tejerina dependen los espigones; los de San Pedro Alcántara en primer lugar. Después vendrán los del centro urbano de Marbella, tal y como estaba previsto. De momento, los plazos anunciados en varias ocasiones siguen adelante, mes arriba, mes abajo, según las manifestaciones hechas ayer por la responsable del Gobierno central a pie de playa sampedreña: la obra empezará entre final de 2018 y principio de 2019 con el propósito de que los espigones sean una realidad el verano del año próximo. Así, además se cumplirá uno de los acuerdos del pacto de Gobierno marbellí entre el PP y OSP: que las obras como tales, comiencen antes de que finalice el actual mandato, antes de mayo de 2019. Tomen nota para un futuro cercano.

Un mal menor conocido ya en Marbella resolverá, al menos para el curso 2019-2020, el problema del espacio físico en la educación secundaria de San Pedro Alcántara. Fue en noviembre pasado cuando esta emisora les dibujaba el complicado escenario que se presentaba para septiembre próximo; el nuevo instituto proyectado en la zona de El Ingenio no estaría listo y además no había manera de habilitar aulas prefabricadas en el patio del Vega del Mar, el más necesitado. Total: 70 nuevos estudiantes previstos sin sitio para cursar sus estudios. Pero se ha encontrado la manera y los, por desgracia habituales, barracones o caracolas, como se conoce también a las aulas prefabricadas, serán de nuevo la salvación. El escollo que había, les recordamos, es que la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía tenía catalogada esa zona, la del instituto Vega del Mar, junto al río Guadaiza, como inundable. Pero según explican en la Tenencia de Alcaldía y así se lo han hecho saber al organismo, dicha calificación no es obstáculo para colocar estructuras móviles o temporales, como es el caso, porque la parcela está urbanísticamente “ordenada”. Ahora sólo queda que la Agencia andaluza levante ese reparo por escrito para que el Ayuntamiento le pueda dar la licencia la Consejería de Educación para que habilite las aulas prefabricadas.