Empezamos por las más conocidas como son las Torrijas, un postre que data del s. IV o V y aunque su temporada es ahora, es fácil encontrarlas en los restaurantes durante todo el año por lo que gustan. Pan -habitualmente del día anterior-, leche infusionada, huevo y a freír. Ahora han evolucionado y se realizan con pan brioche, nata, crema, a la plancha… En Madrid por ejemplo, se celebró hace un par de semanas el concurso a la mejor cocina tradicional organizada por la Asociación de empresarios de hostelería y ganó la Pastelería Mifer, que lleva 53 años, La fórmula, es sencilla, masa madre tipo panettone y una buena materia prima basada en leche, nata, canela, vainilla. Y gustan tanto que incluso se está celebrando una Ruta de la Torrija hasta el 24 de abril con 24 locales de la Comunidad de Madrid y uno de Palencia. Nada como seguir la web www.quericoespana.com para ver quienes participantes y el sorteo que se celebra.
Otra de las delicias más conocidas son las Monas de Pascua típicas de Cataluña, Valencia, Murcia, Aragón y Castilla la Mancha. De origen árabe donde se llamaba munna. Harina, levadura, leche, mantequilla, huevos cocidos para poner por encima y al horno, o las versiones modernas, de chocolate tipo huevo de Pascua. La tradición dice que los padrinos se las tienen que regalar a sus ahijados el Domingo de Pascua, y es típico que el lunes, fiesta en gran parte del Mediterráneo, las familias se reúnan para comerla, ya que ha terminado el periodo de Cuaresma y es motivo de celebración. Cuidado porque la costumbre dice que hay que cascar el huevo en la frente de otra persona, así que si ves a alguien con una mona en la mano, ¡date la vuelta por si acaso! Muchas pastelerías tienen magníficas monas en sus escaparates a la venta, y no es raro que se organicen concursos sobre cuál es la mejor, la más rica, o la más historiada porque además de este ‘bollo’ también se realizan huevos y figuras a cuál más grande y difícil de elaborar. Para comprarlas, por ejemplo, en Barcelona, en la Plaza del Ángel, 12, Dolcería La Colmena, que llevan desde 1849 y su escaparate es un espectáculo. Además tienen tienda on line para poder comprar y ver toda su variedad. Y en Alicante, dos interesantísimas direcciones que llevan muchos años demostrado su buen hacer y que acaban de ganar el concurso a la mejor Mona de Pascua. La Panadería Castell, en categoría Obra Artística, y Panadería Ferri Santamaría, en categoría Obra Tradicional.
Otra delicia de esta época y que en algunos sitios se viene haciendo desde Carnaval son las Flores fritas tan típicas de Galicia, Extremadura, Castilla La Mancha y Castilla León. Harina, huevo, azúcar, aceite, conforman este dulce tradicional crujiente que se fríen en ese hierro con forma de flor de o de cruz de la Orden de Calatrava. En Panadería Mather Benítez, en Valencia de las Torres, Badajoz, un negocio familiar que lleva 2 generaciones elaborando panes y dulces de forma tradicional y con mucho mimo, las preparan junto con otro postre típico de esta época como son los Gañotes, tipo pestiños bañados en miel. Tienen además tienda on line para poder comprarlas desde cualquier punto de España.
Para hacerle un guiño al Borrascas y su Zamora querida, uno de los postres típicos de esta Semana Santa tan conocida, además de sus Almendras Garrapiñadas son las Aceitadas. Como su nombre indica, elaboradas a base de aceite, harina, azúcar, huevos, canela y anís. Que se hornea y están riquísimas también. En Dulces La Rúa o en Bendito Sabor, donde también las podemos encontrar on line, podemos hacernos con estas bolitas tradicionales.
El dulce más típico de Málaga en Semana Santa es el Borrachuelo. Se caracteriza por tener una masa muy similar a la del pestiño que además se le añade vino dulce, de ahí su nombre y están rellenos de cabello de ángel. Vamos a comprarlos también para que nos lleguen directos a domicilio, en El Obrador de Confitería Tejeros que lleva desde 1975 endulzando a los malagueños y ahora a toda España con su tienda on line.
Y más tradición, las Alpisteras de Sanlúcar de Barrameda. Suelen llevar harina, yema de huevo y almíbar de limón. Los Rubiols, de origen mallorquín, pieza fina de pasta de harina, mezclada con aceite, manteca y huevo, doblada en forma semicircular y rellena de requesón, mermelada u otros dulces. Una delicia también es el Bollo mantecado de Avilés, un bizcocho que se “infla” de aire batiendo sus ingredientes.
Desde luego la tradición de Semana Santa es poco apta para diabéticos.