"Promete una pérdida de peso rapidísima, lo cual no dudo, puesto que pretende que el cuerpo funcione con una ingesta diaria de 600 kilocalorías, y eso es un absoluto despropósito". Así es como grosso modo resume Carla Acosta, nutricionista de la Consulta de Salud Holística e Integrativa 'No sé Qué Cenar', la 'dieta en polvo'.
Este tipo de régimen -también conocido como 'dieta del astronauta'- es una de las alternativas que en los últimos años está 'captando más adeptos' entre todos aquellos que buscan el 'falso milagro' de perder peso de forma rápida y sin control.
En la práctica supone que los alimentos que se ingieren han sido procesados a polvo mediante deshidratación para su conservación. Posteriormente, se pueden emplear añadiendo líquido, como el agua, para reconstituirlo. "Se utilizan en aquellos casos donde hay dificultad para conseguir comida o se necesita un aprovisionamiento, como, por ejemplo, viajes con limitación de acceso o espacio, siendo el más representativo el de los astronautas”, añade Juan Manuel Guardia, médico especialista en Endocrionología y Nutrición y miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Esta dieta se divide en tres fases diferentes: primero se consume el producto en polvo; después, se van introduciendo algunos alimentos comenzando por aquellos altos en proteína; por último, se incluyen los carbohidratos y las grasas, que, de acuerdo con Acosta, parecen ser los grandes enemigos de esta dieta.
La dieta de los alimentos en polvo: ¿sostenible a largo a plazo?
Ambos especialistas en nutrición coinciden en que cualquier dieta monótona y no equilibrada va a limitar su uso a largo plazo, siendo poco sostenible en el tiempo. Generalmente, esto sucede con los regímenes milagro y sus efectos posteriores de reganancia ponderal e, incluso, un mayor incremento de peso que el inicial.
De acuerdo con los expertos, hay muy pocas formas saludables de adelgazar que no impliqcan comprometer la salud mental y la salud física. La mejor forma, explican, es aquel método en el que se hace un abordaje integral de los hábitos cambiando aquellos nocivos o dañinos, desde el estilo de vida, el control del estrés y de la alimentación.
"Por supuesto, recomendando un patrón de dieta mediterránea, de alimentos de proximidad y de temporada, junto con la realización de actividad física, todo ello con una visión a largo plazo, no verlo como una moda o por una meta a cortoplacista, sino como forma de vivir mejor y con mayor calidad de vida para el presente y futuro. Para nosotros mismos y para nuestro entorno familiar y de amigos”, describe Juan Manuel Guardia.
Riesgos e impacto en la salud física y emocional
Según indican los especialistas, llevar a cabo la dieta de los alimentos en polvo implica todos los peligros que conlleva seguir una dieta restrictiva, además del añadido de consumir únicamente "comida" en este formato de polvo.
Entre los riesgos generales de una dieta que produce una pérdida de peso tan radical y rápida, Carlota Acosta destaca el temido efecto rebote. Esto se debe a que el cuerpo está hecho para sobrevivir y está preparado para optimizar su metabolismo rápidamente. Por lo tanto, si siente que hay peligro de muerte por verse expuesto a una gran restricción, activará sus mecanismos de supervivencia. “Hará todo lo posible por aprovechar cada caloría que entra en el cuerpo y aumentará los antojos por alimentos de rápida asimilación energética”.
También, la nutricionista destaca que la mera idea de restringir radicalmente tu alimentación, con el objetivo estético de perder una gran cantidad de peso, es peligroso y patológico y, por tanto, puede llevar a un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA).
Por su parte, Juan Manuel Guardia indica que una dieta que no sea completa nutricionalmente conlleva riesgo de desnutrición o malnutrición cuando se mantiene en el tiempo: "Además, cuando una persona padece una patología, una mala alimentación puede tener el riesgo de presentar un impacto deletéreo sobre la propia enfermedad y empeora los resultados clínicos y el pronóstico", describe el endocrinólogo. Otra contingencia asociada a la desnutrición por una mala alimentación es la de perder masa muscular, denominada sarcopenia.
De acuerdo con el médico especialista en endocrinología y nutrición, esta dieta está contraindicada, especialmente, en aquellos grupos de personas que son más vulnerables, bien por su edad, como es el caso de jóvenes en etapas de crecimiento, o mayores que puedan presentar limitaciones.