Manuel Barranco, Chef Manolito, destaca los dos mundos que podemos encontrarnos en Marrakech. Por un lado, el de la Medina más tradicional en el interior de la muralla que rodea la ciudad y, por otro, el más moderno que está extramuros, fuera de la muralla.
Dentro de la Medina, lo más destacado es la plaza Yamaa el Fna en la que, ubicada junto al Gran Zoco, podemos descubrir cocina callejera, desde brochetas de todo tipo hasta sesos de cordero, koftas (albóndigas de cordero) o tajines. Chef Manolito nos cuenta que este guiso de cordero ha de comerse con pan y con las manos. Se realiza en las vasijas de barro que se llama tajine y ahí se pone carne de cordero o de camello con cebolla, especias, limón en conserva, menta y comino.
Fuera de la muralla encontramos cocina más internacional, una fusión que engrandece la cultura, como indica Manuel Barranco. Y los postres más destacados son muy dulces porque se utiliza mucha miel en su elaboración. Algún ejemplo, helado de yogur de oveja, panacota de ibiscus.