Pues bien, aunque pensamos que los calçots solo se cultivan en Valls, Cataluña, resulta que muy cerca de Madrid, en Consuegra, Toledo, es el mayor productor de España. Además, cada vez es más frecuente encontrar restaurantes en la capital donde los preparan en temporada, porque aquí también nos gustan mucho, con bien de salsa romescu o salvichada (una lleva pimiento choricero, otra ñoras) y con nuestro baberito preparados. Por supuesto hechos a la brasa o al sarmiento, ya que hay que hacerlos con llama viva, y cuando nuestras cebolletas empiezan a ‘llorar’, se envuelven en papel de periódico y se ponen sobre una teja para que conserven el calor, y luego ya a ‘desnudar’ el calçots. Y ahora ya tenemos nuestro babero puesto así que nos vamos de ruta para mancharnos las manos y disfrutar porque como está recién salido de las brasas, mancha y tizna… ¡Pero incluso eso tiene su gracia!
Para empezar el recorrido nos vamos a ir primero a Hoyo de Manzanares a un restaurante que nos cuenta ya en el nombre de qué va la cosa. El restaurante Calçots (http://www.calsot.com/), y al que voy al menos una vez al año en temporada porque es una experiencia de principio a fin. Aunque a mí me gusta pedir las raciones por separado para poder comerme yo sola los 12 que vienen en cada una y que cuesta 14€. Además tienen un menú de lo más rico, completo y a muy buen precio. Empieza con una Ensalada, después Tostada de pan con tomate y embutidos catalanes, la ración de calçots, y una bandeja de carnes a la brasa que lleva Butifarra blanca y negra, Conejo, Chuletas de cordero y Pollo, todo con ese rico sabor a brasa. Impresionante y por 26€ por persona.
Otro restaurante que también es una experiencia es Changó (https://changoleganes.com/) en Leganés. Ya de por si el restaurante es una maravilla porque está en mitad del parque El Carrascal y es un espacio integrado en la naturaleza que huele a brasas porque además del horno de leña, cuentan con varias parrillas al aire libre donde hacen muchos platos de su carta y por supuesto en temporada, calçots que traen de Valls. Las 15 unidades, con salsa romescu cuesta16,00€. El menú completo cuesta 26,50€.
Otro restaurante que no debemos perder de vista es Candeli (https://restaurantecandeli.com/) en la calle Ponzano donde los Hermanos Rivera buscan respeto, honestidad y pasión por el producto a través del fuego y las brasas. El menú propuesto con estas cebolletas llegadas directamente desde Valls incluye además pa amb tomàquet, brandada de bacalao gratinada, chuletitas de lechal al carbón y la clásica butifarra con mongetes (judías blancas) y, para finalizar, una crema catalana. El precio es de 40 € por persona.
De aquí nos vamos a La Huerta de Casa Ricardo. Es un sitio sencillo, familiar, tradicional, encantador, que está en la Avenida Ciudad de Barcelona. Aquí hacen lo calçots con carbón de encina y los sirven también en una teja, pero sin el papel, eso sí el babero y la toallita húmeda te los proporcionan. El menú calçotada incluye esqueixada de ensalada de bacalao, embutidos catalanes con pan tumaca, los calsots y un plato principal a elegir, entre un arroz, una parrillada de carne o la butifarra. La salsa romescu que hacen aquí tiene 17 ingredientes distintos como piñones, almendras, avellanas, pimiento, tomate, ajo, cebolla, pan frito, ñora, pimiento choricero, guindilla y tres tipos de vinagre, aceite, sal y pimentón. El precio con vino o sangría de cava y con la crema catalana de postre cuesta 40 € por persona
Y un restaurante clásico es Casa Jorge (http://www.casajorge.com/), ubicado en la calle Cartagena, en Prosperidad, y que es un referente de cocina catalana. Podemos prepararnos un menú con Exqueisada de bacalao, unos caracoles a la llauna, un pa amb tomaca, y por supuesto los calçots, a 17€ la ración.
Después de hablar de ellos… ¿no os ha entrado antojo de calçots?