Vamos a centrarnos en los postres que dan mucho juego en unas y otras provincias, para poner el toque dulce. Y empezamos con el más emblemático, la Torrija. Ese pan empapado en leche infusionada, huevo y azúcar y fritas, que son una bomba y que está tan rica que ya es habitual encontrarlas todo el año en las cartas de los restaurantes. Para quienes estén en Madrid o hayan venido estos días de vacaciones, pueden aprovechar ya que se está celebrando la VI Ruta de la Torrija en 20 locales de toda la Comunidad de Madrid. Se pueden ver los participantes en la web www.quericoespana.com, votar a la favorita subiendo una fotografía de la que se haya consumido y entrar en el sorteo de una noche en alguno de los hoteles del Grupo Paradores. Lugares tan míticos como Lhardy, Cruz Blanca de Vallecas, Taberna La Daniela, Yeyu en Cercedilla, o Paco Pastel en San Lorenzo del Escorial.
Hay además magníficas pastelerías en Madrid donde comprarlas, como es el caso de Pastelería Nunos, donde José Fernández elabora unas torrijas creativas y que todos los años nos sorprenden, porque al pan mojado en leche le añaden todo lo imaginable y cada año hace ‘colecciones’. Tengo una de pistacho y chocolate blanco y una de Baileys esperándome en la nevera para hoy, a la que no veo las ganas de hincarle el diente…
Nos vamos ahora a Cataluña, y al litoral mediterráneo a tomar Monas de Pascua, su postre por excelencia en Semana Santa. Masa de brioche con huevo duro en el centro o las figuras y huevos de chocolate decorados. La tradición dicta que el padrino debe regalar la mona a su ahijado el Domingo de Resurrección. El Lunes de Pascua, además, se suelen reunir la familia para comerla juntos. Para saber dónde comprar las mejores, se ha celebrado de nuevo el concurso profesional La Mejor Mona de Pascua de Catalunya, y en la categoría de monas tradicionales, el primer premio se lo ha llevado el obrador Panes Creativos de Barcelona, del maestro panadero Daniel Jordà. El premio para la mejor mona de chocolate ha sido para el obrador Sant Tomàs de Calldetenes, con una increíble pieza inspirada en el personaje de Groot de Marvel.
Otros dulces tradicionales de Andalucía son, las Rosquillas o roscos de Semana Santa, que se elaboran con harina, huevo, azúcar y aceite de oliva, se aromatizan con anís y se fríen u hornean hasta que quedan doradas y crujientes. Al igual que los Pestiños que comparten protagonismo entre Andalucía y Extremadura, con origen árabe, elaborados con harina, vino blanco, aceite de oliva, anís y azúcar, fritos y bañados en miel o almíbar.
Para ir a comprarlos, nos vamos a ir a un pueblo de Granada, a Roscos y Pestiños Conchita, ya que tienen fama de ser los mejores de Andalucía, gracias al buen hacer de Conchita Pedrosa, que ha puesto en el mapa Vélez de Benaudalla, y que lleva más de 40 años haciendo las recetas de su madre, poniendo producto de mucha calidad, cariño.
De Castilla La Mancha nos quedamos con las Hojuelas, también típicas de Castilla León, aunque con alguna variación en la receta. La hojuela manchega es una receta ancestral de características inconfundibles por su textura finísima y crujiente, que se puede bañar con miel o solamente con azúcar por encima. Hago un guiño familiar aquí para comprarlas y me voy a Dulces Cobo, en Pedro Muñoz, Ciudad Real, una empresa familiar que lleva desde los años 60 elaborándolos, al igual que sus famosos mantecados.
Y muchos más… Flores fritas, Borrachuelos, Aceitadas, Alpisteras, Rubiols… Sin duda los postres típicos de Semana Santa en España tienen una gran importancia en nuestro recetario, demostrando la rica tradición culinaria que tenemos.