Tengo la suerte de haber tomado comida casera ucraniana en casa de mi querida amiga Alyna, que ahora está desde Collado Villalba luchando e intentando reunir dinero para traer a su hija y sus nietos a Madrid, y la he visto preparar Varenyky, una pasta rellena de queso, o patata, setas en forma de pequeñas empanadillas que se cuecen y que luego se le echa crema agria. Otro plato que comparten ambas culturas es la sopa ácida Borscht con un característico color rojizo ya que su ingrediente principal es la remolacha, además de carnes y otras verduras.
Nos vamos a tomar estos y otros platos a Rasputín, en la calle Yeseros, en La Latina, que es un claro ejemplo de unión de culturas. Es un restaurante que abrieron hace 30 años dos españoles y preparaban comida rusa. Hace 2 años se lo vendieron al ucraniano Sergiy Skorhkvatov y pone platos tan ricos como los que contaba antes, o por ejemplo su Ensalada Shuba, con capas de patatar y arenque. Es una carta muy extensa y con muchas opciones, y tiene muy buena relación calidad-precio, aunque si queremos darnos algún lujo, también venden caviar de esturión o beluga.
Otro restaurante riquísimo es Stroganoff Bar en Chueca, en la calle Augusto Figueroa, 20. Tienen una increíble ensalada como la que hablábamos antes, o arenque en abrigo como también le llaman ellos. Por supuesto preparan la receta de stroganoff clásico con puré de patata trufado. Un plato de lomo de ternera que comenzó a prepararse en Rusia en el s. XIX. En tiras, con cebolla, champiñones, crema agria.
Y otro restaurante que también se llama Stroganoff, en este caso en Collado Villalba, y que mucha gente tanto rusa, ucraniana como española dicen que es el mejor, porque además de su cocina, el trato que Sergei y Tania que llevan 20 años ofreciendo sus recetas de cocina tradicional y muy casera y preparando menús muy económicos donde se puede comer por 20€ por persona, como su variedad de blinis con arenques, caviar, salmón, pez mantequilla, o su plato de esturión osetrina.
Otro ejemplo de unión es el restaurante Las Noches de Moscú que sirve una magnífica Kuritsa Satsivi, la típica ensalada georgiana de pollo con crema de nueces, lechuga y manzana, o el Pollo Kiev, pollo untado con mantequilla aromatizada, enrolllado, empanado y frito. Y por supuesto para beber, Krushon, una especie de sangría rusa con vino blanco y frutos rojos que entra muy bien. Y por supuesto para acabar, un chupito de vodka con miel para que podamos brindar.