Comienzo en la calle Enrique Granados de Pozuelo de Alarcón donde vamos a ir para viajar con el paladar para quienes echen de menos Cádiz, o más concretamente Rota. Porque acaba de abrir sus puertas La Roteña. Producto de calidad, recetas de siempre y una enorme terraza interior rodeada de pradera verde son las señas de identidad. El nombre, un homenaje a la urta y cómo la elaboran en esta ciudad gaditana. Una carta corta y bien estructurada que prepara el chef Víctor Vila. Entre los entrantes, algunos platos que seguro que pronto serán muy demandados, como las Croquetas cremosas de jamón ibérico, la Ensaladilla rusa tradicional o los Soldaditos de Pavía, ese bacalao bien rebozado y frito. Y de segundo, el plato homenajeado, una urta a la roteña, o lomo de corzo a la pimienta.
Y otro nuevo restaurante que ya se está convirtiendo en un imprescindible es Hueso, en la calle Marqués del Duero, al ladito de la Cibeles, y que abrió hace 2 meses. El local es espectacular, con una barra donde tomar el aperitivo o ir de afterwork, y dos salones, el Cristalera y el Chimenea a cuál más bonito. Es un espacio pensado para todos y para todo: picoteo informal, almuerzo con mantel, productazo y sobremesa, afterwork, la primera copa… Algunos de sus apetecibles platos, un Nigiri de atún con emulsión de anguila y wasabi, Milhojas de patata con salsa brava y mayonesa, alcachofa en salsa de trufa y palo cortado, un saam de merluza con salsa asiática, o un sabrosísimo arroz con gamba roja a la llauna. Para terminar, Tiramisú de lo más original, servido en una cafetera italiana.
A la calle Padilla ha llegado un restaurante calabrés, Pagus. La primera sucursal nació de la mano del chef Leonardo Battigaglia en Catanzaro, capital de Calabria; característico por sus manteles a cuadros y una cocina donde reinan la pasta y la carne. En Madrid, Leonardo junto a su cuñado Anton Shantyr, nos traen una auténtica experiencia calabresa. De la cocina destacan las pastas frescas elaboradas a mano a diario y se pueden pedir clásicos como tagliatelle, gnocchi y ravioli pero también probar opciones menos conocidas que se sirven con salsas frescas preparadas también a diario. Platos como el Caramelle con pesto, o el Cavatelli a la frissurata, una pasta tradicional de Calabria más parecida a un guiso. Y de segundos, siguiendo con la filosofía de la región, la parrilla, con cortes seleccionados de carne. Y tiene un precio además muy asequible.
Y de Calabria me voy a Ucrania, pasando por Israel. Ese es el viaje que ha emprendido la cadena ucraniana Pita Kiev para abrir una de sus sucursales en pleno barrio de La Latina bajo el nombre Pita Madrid. Tienen 4 sucursales en la capital ucraniana donde siguen ofertando su cocina a pesar de la guerra. Es el proyecto del israelí Kfir Levinzon que descubrió que había una gran comunidad de israelíes viviendo en la ciudad, y que era muy complicado encontrar un buen lugar donde comer hummus y falafel, por lo que abrió él su propio negocio para ofrecer buena cocina mediterránea y elaborada con ingrediente de calidad. Porque aunque sea comida rápida, ya que su preparación no lleva mucho tiempo, son platos hechos 100% con ingredientes naturales. Pitas rellenas que prepara el chef ucraniano Valeri, con pan de pita casero, como la de Falafel (con falafel, berenjena, hummus, tahini, salsa harissa, tomate, pepino y perejil); o la Pita Shawarma con pollo marinado, hummus, tahini, salsa harissa, cebolla caramelizada, tomate y perejil fresco, entre otras.
Y terminamos el viaje en La Latina, en Cava Alta 17 en un emblemático local, donde tres jóvenes emprendedores que se conocen desde el colegio han abierto una casa de comidas actualizada. Aitor Sua en los fogones junto a Lucas y Miguel son los responsables del restaurante Trèsde. Su propuesta, entrante, principal y postre, una fórmula muy afrancesada que se trajo Aitor junto a técnicas y amor por las verduras y plantas aromáticas de su bagaje por Francia. Platos coloridos, visuales y muy ricos, como un entrante de Ensalada de judías verdes con burrata y cerezas, pesto, pistachos y rúcula, o un segundo como el tan de temporada Bonito con jugo de tomates verdes, jalapeños, pepino y hierbas aromáticas. Y de postre por ejemplo, una Panna cotta de hierbaluisa con fresas de Madrid. Platos muy refrescantes, sanos pero que rozan la alta cocina.