Y vamos a comenzar en un restaurante que de inicio a fin nos va a refrescar y seguro que a ayudar a comer sano y ligero, Level Café, frente al Retiro. Es la propuesta de la cocinera húngara Jùlia Török, que se basa en técnicas de vanguardia para conseguir platos con sabores y texturas únicos, utilizando solamente ingredientes vegetales, lo más frescos y naturales posibles, priorizando los de producción ecológica. Trabajan con más de veinte tipos de frutos secos, con hortalizas variadas, distintas legumbres, cereales, frutas, semillas, algas y especias. Y en cuanto a sopas y cremas, las varían según la temporada. Algún ejemplo de las que preparan, por ejemplo, el salmorejo, que en vez de pan, lo trituran con aguacate, y de decoración por arriba también le ponen aguacate, y queda cremoso y contundente pero sin gluten. Y otra que preparan que es la bomba, es una de Pepino con queso fresco de anacardos, alga clorella y hierbabuena.
Y nos vamos ahora a Adaly, un restaurante en Claudio Coello que desde que abrió, está gustando mucho con su concepto de casa de comidas moderna. Eduardo Guerrero curtido en los fogones de El Bohío tiene un restaurante de arraigo, cazuelas y fondos, que ahora en los meses de verano también se ponen veraniegos, haciendo un aprovechamiento total de la huerta, buscando la temporalidad del producto. Va cambiando sugerencias, pero por ejemplo en su menú degustación ‘Esencia’, ahora tiene un original Gazpacho de melocotón y pesto con tartar de periquitos, ese carabinero pequeño tan sabroso. Me voy a San Lorenzo de El Escorial a ver si hace un poco más de fresco, y ya de paso, ir a comer a Luz de Lumbre, donde Cata Lupu seguro que nos sorprende con alguna carne, pizza, o su pisto a la parrilla, para acompañar a la protagonista sopa fría, su Gazpacho verde gracioso: tomate verde al chile de Jalapa con edamame, cherrys confitados y berros.
Y ya que estoy por la zona, voy a pasarme por Becerril, en el restaurante de Yago Márquez y Cecilia Delpech, Malabar Bistro, que tras conocerse trabajando con Martín Berasategui, comenzaron a escribir su historia juntos como pareja y empresarios. Está en una bonita casa baja con un divertido patio que es ideal en invierno y ahora en verano, porque está a la sombra y tiene un microclima. Tienen una carta corta pero muy cambiante y sobre todo sorprendente, como su Sopa fría de chirivía con gamba roja. Y volviendo a la capital, acabamos la ruta en Sal Negra, en Mateo Inurria porque de la mano de José de La Cruz y Paco Pereira, que gracias a su experiencia y profesionalidad, y un servicio impecable nos sentiremos como en casa, y su el ajoblanco de melón con sorbete de maracuyá, nos refrescará todo y más.